La inseguridad en Hurlingham sigue escalando a niveles alarmantes, y un reciente tiroteo en Villa Tesei no hace más que reafirmar la grave situación que atraviesa el distrito bajo la gestión del camporista Damián Selci. Días atrás, un enfrentamiento entre dos bandas narco se desató a plena luz del día, a metros del Jardín de Infantes N°913 y la Escuela Primaria N°25, donde tres personas resultaron heridas en una balacera que dejó a la comunidad escolar en estado de pánico. Este episodio evidencia un problema mucho más profundo: la creciente presencia del narcotráfico en las calles del distrito desde que La Cámpora llegó al poder.

Lejos de ser un hecho aislado, el dominio de bandas narco en Hurlingham se volvió una constante. Las disputas territoriales por el control de la venta de drogas transformaron los barrios en zonas de guerra, donde los vecinos viven con el temor de ser víctimas de balaceras o robos y organizan marchas exigiendo una respuesta por parte del intendente Selci, quien hasta ahora permanece en silencio ante la crisis de inseguridad.

La violencia no se limita a los enfrentamientos entre bandas. Semanas atrás, dos motochorros balearon a un oficial de gendarmería para robarle su moto, disparándole incluso cuando ya estaba indefenso en el suelo. Estos hechos, cada vez más frecuentes, reflejan un Hurlingham donde la delincuencia actúa con total impunidad.

Este deterioro también se refleja en la imagen pública del intendente. Según un informe reciente de CB Consultora de Opinión Pública, en agosto de 2024, Selci alcanzó un perfil negativo del 54%, lo que lo ubica entre los seis intendentes con peor evaluación del conurbano bonaerense. Para alguien que llegó al poder con promesas de seguridad y mejora, este desplome en su popularidad es un claro reflejo del hartazgo de los vecinos, que se sienten abandonados en medio de una ola de violencia que parece no tener fin.