Por Eduardo Rivas
Días atrás la cámara que resguarda las vacunas en el Hospital Intermedio Municipal Dr. René Favaloro tuvo un percance, del que obviamente la sociedad no fue informada y quedó al margen porque el municipio esconde todo lo que le sale mal por propia incompetencia.
Lo que ocurrió es que se rompió el motor que brinda el sistema de refrigeración de la cámara en cuestión y se perdieron varias dosis de vacunas contra el Covid-19 y otras, que se resguardaban allí. No todas, porque hubo una reparación que posibilitó que la temperatura en la conservadora llegara a 10 grados, pero no todas pudieron salvarse.
¿Cuáles fueron las vacunas que se malograron? ¿Cuántas fueron las dosis que se echaron a perder?
El tema es que según se comenta en los pasillos del nosocomio, este era un problema que se veía venir y que no se hizo nada por evitarlo, ni desde el área de mantenimiento ni desde los responsables políticos, puesto que fueron numerosos los correos que se enviaron a Florencia Diez y nunca hizo nada.
La responsabilidad recayó en Sandra Graf, ama y señora de la salud pública municipal y vacunadora del intendente Osvaldo Cáffaro cuando se fraguó el proceso de inoculación, habiendo inconsistencias entre la fecha en que se registró la aplicación de la vacuna y la que efectivamente se vacunó.
Graf, Directora de Atención Primaria de la Salud, supo tener en sus manos mucha responsabilidad y son numerosas las acusaciones en su contra, la mayoría de ellas dadas por lo bajo atento el poder que ostentaba para poner y sacar gente en Salud, dirigiendo con mano dura quién trabajaba y donde lo hacía. Actualmente fue desplazada, lo que no queda claro es si su reemplazo cumple con las condiciones necesarias para ocupar la Dirección de Atención Primaria de la Salud.
También se reemplazó al responsable de mantenimiento en el Hospital Favaloro, pareciera que quisieron dejar las cosas en orden antes de la llegada de las nuevas autoridades.
¿Qué más pasa en Salud que los zarateños no nos enteramos?
Y todo en medio de un recrudecimiento de la pandemia, con vacunados VIP y de otros lares, con aumentos escalofriantes de casos de Covid-19, la semana pasada alcanzó más de un 91 por ciento de aumento frente a la semana anterior y una tasa de positividad mayor al 15 por ciento, lo que la ubica más de un 67 por ciento de la semana anterior, y con funcionarios que no funcionan.
Y no funcionan solo por propia incapacidad, no funcionan porque no hay política en la materia, como en tantas otras áreas municipales.
El cambio de nombres y responsables es necesario, pero no suficiente. Es imprescindible un cambio de política y de políticas. El motor de la cámara que conserva las vacunas se puede romper sea quien sea el titular del Hospital, lo que no puede ocurrir es que la Jefa de Gabinete no asuma su responsabilidad, que el intendente putativo brille por su ausencia y que se recargue las responsabilidades exclusivamente en empleados que tienen responsabilidad, pero no en exclusividad.
Situaciones como las de las vacunas del Favaloro exponen como las cosas que importan a las autoridades son otras, ya que ni Zárate Basket ni el Polideportivo tuvieron percance alguno durante toda la pandemia… aunque ambos sean un percance para los zarateños.
La acción para las autoridades pasa por otro lado, donde hay luz y hay cámara, no por el Favaloro donde la cámara se quedó sin “luz” y los zarateños sin acción… y sin vacunas.