Por Eduardo Rivas
El escrutinio provisorio de las elecciones del domingo nos permite analizar de manera más detallada, una vez que pasó la efervescencia del día del comicio, cuál fue el comportamiento de la ciudadanía en las urnas y analizar si las hipótesis que barajamos tras las PASO se validaron o se refutaron.
Inicialmente, cabe consignar que si bien la participación electoral creció en aproximadamente 5,5 puntos porcentuales, respecto a las PASO desarrolladas en septiembre, alcanzando el 72,8 por ciento, se ubicó bastante por debajo de las elecciones legislativas anteriores desarrolladas en 2017, cuando se acercó a las urnas el 79,6 por ciento de los ciudadanos habilitados para ejercer su voto.
Respecto a las PASO y en términos generales, todas las categorías de votos incrementaron su participación en el total de sufragios, salvo los votos nulos, votos en blanco y los votos a Juntos. Curiosamente la fuerza triunfante fue la única que redujo su participación en la torta electoral, puesto que si bien la torta fue más grande, fue la que menos incrementó su parte.
Mientras Juntos mejoró su performance, en términos absolutos, en apenas un 4,3 por ciento, bastante por debajo del crecimiento de la cantidad de electores que se incrementaron un 7,1 por ciento, las restantes fuerzas tuvieron crecimientos en el orden de los dos dígitos en términos absolutos, y variaciones positivas en términos relativos. Es decir, la torta creció, todos se llevaron una porción más grande, menos Juntos.
Ahora, veamos el análisis por circuito que resulta de interés para entender el comportamiento por barrios. Con respecto a las elecciones PASO en el circuito 1013, la participación electoral cayó el 3,6 por ciento aproximadamente, y en el circuito 1016 se contrajo en apenas un 0,6 por ciento, los restantes circuitos tuvieron incrementos en la participación, con especial atención en el circuito 1017, que es junto a los circuitos 1013 y 1014 uno de los tres grandes, donde la participación se incrementó un 7,3 por ciento, en el 1018, que ya había tenido una alta participación, en términos comparativos, se incrementó un 6,9 por ciento la cantidad de votantes y el circuito 1021, que corresponde a Lima, donde se acercó a votar un 15,7 por ciento más de vecinos que dos meses atrás. También tuvo un alto incremento la participación de isleños en el circuito 1013 A que, dada su escasa cantidad absoluta, no tiene gran injerencia en el comportamiento del Distrito.
¿Qué ocurrió con las fuerzas políticas?
Curiosamente Juntos retrajo su cantidad de votos, en términos absolutos, en aquel Circuito donde más votos obtuvieron en septiembre. En el circuito 1013 Juntos obtuvo menos votos en las elecciones generales que en las PASO, en los restantes circuitos, tuvo crecimientos menores al 10 por ciento con la excepción de los circuitos 1021 y 1013 A, que acompañando las altas tasas de participación en las últimas elecciones respecto a las PASO de septiembre, creció por encima del 10 por ciento aunque por debajo del 12,5 por ciento.
El Frente de Todos tuvo un crecimiento fenomenal en todos los circuitos, y salvo el caso del circuito 1019 donde su caudal de votos creció apenas un 5,6 por ciento, en todos los restantes se ubicó por encima del 10 por ciento, y en los circuitos 1014, 1018 y 1020 por encima del 20 por ciento y en los circuitos 1016, 1017 y 1021 por encima del 30 por ciento. Allí estuvo la clave de los resultados de las elecciones generales, en los circuitos más populosos el FDT creció más, porque más gente se acercó a votar y gran parte de esos nuevos votos se volcaron en favor del oficialismo.
Similar situación a la del Frente de Todos vivieron las restantes fuerzas políticas que tuvieron grandes crecimientos respecto a las PASO, sobresaliendo los casos de Avanza Libertad y el Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad. El caso de los votos en blanco también resulta llamativo, puesto que se ubicó cercano al piso histórico en alrededor del 3,6 por ciento, reduciendo su incidencia en más de un 59 por ciento respecto a las PASO de septiembre.
¿Qué pasó entonces con Juntos? ¿Por qué no pudo crecer más? ¿Por qué no pudo conquistar nuevos votos? ¿O la realidad es que conquistó más votos, pero “no se ven” porque en las PASO recibió votos que no le eran propios y se compensaron con el crecimiento de la participación electoral?
En todos los circuitos del Partido de Zárate, el crecimiento del Frente de Todos fue notoriamente mayor que el de Juntos. En las PASO, Juntos triunfó en todos los circuitos por una diferencia mayor a 10 puntos, con excepción de los circuitos 1014 y 1017, mientras que el Frente de Todos ganó en los circuitos 1013 A y 1021.
En las elecciones generales el Frente de Todos dio vuelta y triunfó en el circuito 1017, obtuvo un virtual empate en el circuito 1014 y triplicó la diferencia en su favor en el circuito 1021. En todos los restantes circuitos redujo la diferencia respecto a Juntos.
Por eso es que todos han ganado algo, porque las elecciones legislativas son elecciones de suma positiva, donde todos obtienen algo, a diferencia de las elecciones ejecutivas, que son de suma cero, porque quien gana se lleva todo y quienes pierden no alcanzan nada. Por eso, en términos electorales ganó Juntos y en términos políticos ganó Osvaldo Cáffaro.
También ganó Avanza Libertad como irrupción política y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad duplicando su caudal electoral en dos meses. No hay dudas, como decíamos en el análisis de las PASO, y los números validan la hipótesis que formuláramos, Juntos había alcanzado su techo y las restantes fuerzas se habían posicionado en su piso (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2021/09/21/lo-que-las-paso-nos-dejaron/).
También se validó que la apuesta del Frente de Todos para poder triunfar consistía en poder mejorar la participación electoral, y si bien mejoró en términos relativos frente a las PASO, no se ubicó en los términos históricos y allí hay gran parte de la explicación del porqué de los resultados. Otra parte de la explicación tiene que ver con el comportamiento histórico del electorado zarateño en los comicios de medio término.
Sin pretender remontarnos a la “prehistoria”, nos focalizaremos en todos los comicios legislativos desde que Osvaldo Cáffaro está al frente del Departamento Ejecutivo local. En 2009, la primera elección de medio término del caffarismo, Nuevo Zárate salió cuarto a más de 12,7 puntos porcentuales de quien triunfó, Unión PRO. Sin embargo, el oficialismo obtuvo la mayor cantidad de concejales gracias al Artículo 3 de la Resolución de la Junta Electoral del 1 de noviembre de 1999, la misma que posibilitó el triunfo, en 1999, de Oscar Morano sobre Pedro Guehenneuf, manipulando la voluntad popular.
Cuatro años después, en 2013, tras la primera reelección del intendente Cáffaro, el oficialismo volvió a perder. En esta oportunidad salió segundo tras el Frente Renovador, quien lo superó por 16,5 puntos porcentuales. El último antecedente de elección de medio término durante la gestión caffarista, el de 2017 también trajo una derrota. En este caso, Cambiemos triunfó y el oficialismo local, enrolado en el Frente de Todos, terminó segundo a 12,1 puntos.
En esta oportunidad, según los resultados provisorios, el oficialismo zarateño fue superado por “apenas” 5,6 puntos porcentuales, y esto le garantizó algo clave, no quedar en minoría en el Concejo Deliberante. Aunque lo de clave, en verdad, es relativo, ya que Osvaldo Cáffaro no ha hecho de la interacción entre Ejecutivo y Deliberativo un eje de su gestión.
Con los resultados del pasado domingo, el Concejo Deliberante queda con diez ediles del oficialismo y diez de la oposición, lo cual abre un horizonte de mucha política y negociación en el deliberativo local que comenzará en la sesión preparatoria con el arribo de los nuevos concejales que deberán elegir las autoridades del Cuerpo. Según el artículo 21 de la ley Orgánica de Municipalidades: “Habiendo paridad de votos para la designación de autoridades del Concejo, prevalecerán los candidatos propuestos por el Partido o Alianza Política que hubiera obtenido mayoría de votos en la última elección municipal; y en igualdad de éstos, se decidirá a favor de la mayor edad”.
Pero ante el accionar del oficialismo zarateño ¿Qué garantía puede haber del cumplimiento de esto?, si el inciso 18 del artículo 108 de la misma ley establece que “El Boletín Oficial Municipal se confeccionará como mínimo una vez por mes, y se pondrá en conocimiento de la población en la sede de la Municipalidad y en los lugares de acceso público, que al efecto se determine; también deberá incorporarse en la página web oficial del Municipio, sin restricciones” y sistemáticamente es incumplido por el oficialismo con la complicidad de la oposición.
Lo que más interesante se presenta es que no será un Concejo Deliberante de bloques sino de concejales, puesto que, ante la paridad, el voto más valioso es el número 11, y como todos los ediles están en condiciones de ser ese concejal, todos están en igualdad de condiciones de desequilibrar la balanza. Será interesante observar las negociaciones que establezcan todos y cada uno de los concejales en pos de obtener “ventajas para sus votantes” en una mesa de negociación política.
Sin embargo, si Cáffaro no necesitó gobernar acompañado de un Concejo Deliberante oficialista, y esto queda expuesto en las Ordenanzas que, pese a ser sancionadas y promulgadas, nunca fueron puestas en práctica, ¿Por qué habría de darle entidad a un Concejo Deliberante opositor? ¿O ahora la oposición comenzará a hacer lo que debería haber hecho en los últimos años y nunca hizo?