Por Eduardo Rivas
En una campaña electoral se suelen hacer promesas a futuro, más o menos realizables pero que logren cautivar el interés (y el voto) de los ciudadanos, porque la mayoría de la gente vota pensando en lo que está por venir. Ya sea para que se profundice lo que hay, para que no esté lo que estuvo o para que se hagan cosas que nunca se hicieron con personas que nunca estuvieron, pero rara vez se habla del presente, y mucho menos cuando en el presente quedan tantos flancos abiertos.
Estas son las generalidades de la ley, pero Zárate es Zárate, y tiene sus particularidades. En Zárate la campaña se sostiene en tiempo presente, no en promesas a futuro, porque no hay promesas. Y no las hay porque nadie dice para qué quiere resultar electo, todo se resume a frases hechas tales como “necesitamos ser mayoría”, adecuando a Zárate la lógica nacional de los cinco senadores de Juntos, o “sigamos en este camino” como si no hubiera otros posibles, incluso mucho mejores.
Juntos sostuvo su campaña en base a tres ejes fundamentales, los timbreos, ya no llamados timbreos, el exhibir lo que no pudieron hacer, y la necesidad de sumar votos para poder hacer lo que no pudieron. Veamos cada uno de esos ejes.
Los candidatos salen de recorrida a hablar con los vecinos en el marco de la campaña… porque no salieron a hacerlo antes. ¿Cómo es posible que ahora escuchen de primera mano lo que ocurre? ¿Dónde estuvieron hasta ahora? ¿Y qué es lo que tiene de excepcional la tarea como para destacarlo?; al fin de cuentas lo lógico es que los representantes escuchen a sus representados. Si la política a destacar es hacer lo que se debe hacer, comenzamos mal.
El segundo eje es enumerar las cuestiones que no pudieron hacer por ser minoría. Inicialmente cabe decir que la lógica de mayorías y minorías es intrínseca a la democracia, y la clave no pasa por conseguir que los proyectos propios sean aprobados; basta recordar el caso de Patricia Moyano quien pese a pertenecer al bloque mayoritario, no logró que la Cámara de Diputados aprobara algún proyecto de su autoría. Siempre hubo y habrá mayorías y minorías, así debe ser, el tema es aprender a ser minoría y poder hacer bien el trabajo desde ese ámbito. Si para poder hacer su trabajo es necesario ser mayoría no se entiende como no renunciaron a sus bancas al saberse minoría o, al menos, renunciaban a sus dietas ya que desde el vamos sabían que sus votos no influían en las votaciones en el Concejo Deliberante.
En realidad, el problema central no es ser mayoría o minoría; la cuestión más importante es hacer bien o mal su trabajo. Trabajo que por otra parte es el único que es a tiempo fijo por cuatro años, se haga bien o mal la tarea encomendada. Mientras en cualquier trabajo siempre hay razones para el despido cuando no se hace bien lo que se debe hacer, en el caso de los concejales, y todos los cargos electivos, al no haber revocatoria de mandatos se los debe “aguantar” aunque sería mejor que estuvieran en sus casas.
¿Cuáles son algunas de las cosas que no pudieron hacer? Dijo Marcelo Matzkin: “Propusimos derogar las sobre tasas que financian el equipo de básquet porque son ilegales”, lo cual no deja de ser curioso, porque pareciera que para cumplir la ley se debe tener mayorías en los cuerpos colegiados. Más allá de su derogación o no, si son ilegales, ¿Hubo presentación en la Justicia denunciándolo? Cuando uno cree que hubo comisión de un delito debe denunciarlo, si se es funcionario público tienen la obligación de hacerlo. ¿Lo hicieron?.
Y este eje está íntimamente relacionado con el tercero, porque también menciona el concejal que “el municipio se niega a implementar el boletín oficial, la oficina anticorrupción y las declaraciones juradas patrimoniales de funcionarios y concejales”, amén de estar en la misma situación mencionada anteriormente respecto a la legalidad de los actos y la obligatoriedad de su denuncia, porque el municipio de Zárate nunca cumplió con lo reglado en la Ley Orgánica de Municipalidades respecto al Boletín Oficial en su página web y ningún concejal hizo nada, apenas un berrinche en los medios al respecto. ¿Cambiará esto si la “oposición” es mayoría en el Concejo Deliberante? No. Porque no es una cuestión de votos, como dijera Rodolfo “Fito” Páez, es una cuestión de actitud.
Si uno no tiene las herramientas para realizar su trabajo, mal puede trabajar, pero sin embargo los ediles opositores hacen como que trabajan. En marzo de 2020 votaron la emergencia sanitaria bajo ciertos condicionantes, y pese a que esos condicionantes no se cumplieron, aprobaron la prórroga. ¿Qué cambia entonces tener más o menos concejales? O ¿Si se es minoría se vota a favor y si se es mayoría se vota en contra?.
Insistimos, es una cuestión de actitud.
El rol de la minoría en el Concejo Deliberante es representar a la minoría de la sociedad que acompañó su propuesta, tiene una razón de ser, no todo se resume a ser mayoría o nada, la democracia no funciona así. El problema es que es más difícil el trabajo. Cuando uno tiene una cantidad de votos para imponer una postura la cuestión es más sencilla, cuando no lo tiene debe intentar convencer a los pares para que acompañen con su voto y convencer a la sociedad para la generación de nuevas mayorías. Pero esto es una tarea larga que se sostiene en hechos y a lo largo del tiempo, no en los dos meses de campaña. Juntos enumera cuáles son los proyectos que presentó y no se sancionaron; sería interesante saber cuáles son los proyectos que acompañó al oficialismo, que no fueron pocos ni fútiles.
Porque además son incongruentes. Mencionan que “propusimos crear el observatorio en seguridad para saber y analizar cómo y dónde se produce el delito en Zárate”, y aunque este proyecto no se aprobó, afirman que “propusimos declarar la emergencia en seguridad y no la quisieron tratar”. No se entiende entonces, por qué declarar la emergencia en seguridad si no saben cómo y dónde se produce el delito en Zárate. Parece más un paso de comedia en el que uno hace como que hace algo y no una política en serio.
Porque en muchas, demasiadas cuestiones, la minoría fue parte de la mayoría. De los últimos cuatro años, para considerar el período de trabajo de los legisladores que se renuevan el próximo 14 de noviembre, ¿Cuál fue la actitud de Juntos, Cambiemos entonces, respecto a los presupuestos, las rendiciones de cuentas, las SAPEM’s, el RAFAM y sigue la enumeración? ¿En serio fue una oposición que presentó propuestas alternativas o sólo se diferenció en algunas cuestiones por conveniencia?.
El ejemplo más claro es el accionar respecto a los Decretos de 2020. Los ediles de Juntos decían desconocer su contenido y en función de ello es que se justificaban por no haber hecho nada hasta el momento. Ahora que los conocen, ¿Qué hicieron? ¿Denunciaron la situación anómale e ilegal del Ejecutivo zarateño?. Ni siquiera lo enarbolaron como eje de campaña. Empezaron siendo cómplices cuando votaron afirmativamente la reelección del Presidente y Secretaria del Concejo Deliberante, que fueron acusados de aprietes y ocultamiento en el affaire de las cámaras de seguridad, son cómplices de Aldo Morino y su firma como secretario que no era de una secretaría que no existía. Son cómplices que una persona denunciada por acoso sexual por una empleada municipal siga siendo hoy parte del funcionariado local. Son cómplices del dinero girado a Zárate Basket, porque entre otras cosas aprobaron varios de los presupuestos anuales que incluían partidas para ello. Son cómplices de la turbia sesión en la que se aprobó la compra del predio de Concaro. Y lamentablemente son muchos más casos en los que la complicidad entre oficialismo y oposición queda expuesto.
Son cómplices de no haber hecho absolutamente nada ante cada hecho en el que oficialismo hizo mal las cosas, algunas de ellas lindantes con el delito.
Y mientras tanto el oficialismo hace la plancha. La nada misma.
Se refugia tras un cartel junto al intendente, quien presenta a algunos candidatos como sus candidatos. Porque es curioso que pese a poner cinco legisladores en juego, y saber que se alzarán con al menos cuatro de los diez que se eligen, la campaña se centre tan solo en los primeros dos. Tan curioso como la campaña quijotesca llevada adelante por el candidato opositor Norberto Toncovich que genera material de campaña mencionando al primer candidato, Marcelo Matzkin, y a él… que va quinto.
Pero volviendo al Frente de Todos, quizás la cuestión más clara que expone esta política del “bla bla bla”, que solo dice y no hace, sea la recolección de firmas en apoyo al “proyecto del municipio de Zárate que consistirá en un plan de beneficios tributarios que comprenderá a los pequeños y medianos comerciantes más afectados por la pandemia. Con una gran cantidad de firmas y con la charla que llevamos a cabo con nuestros queridos comerciantes le explicamos en qué consistirá dicho programa. Que atentos a la terrible pandemia que nos afectó, militamos esta medida de gestión que tratara de revertirla, reimpulsando la actividad comercial que es el gran objetivo de la misma”.
Más allá de la incoherencia de militar para revertir la pandemia, lo que no se entiende es por qué si la medida es tan importante, tan central para los vecinos y no se implementa de manera urgente y se espera a después de las elecciones. Tienen mayoría en el Concejo Deliberante. Tienen la titularidad del Departamento Ejecutivo. ¿Qué más hace falta? Ideas. Porque como no hay propuestas, como no hay ideas, hay que intentar mantener a flote la única que tienen, y que por cierto tomaron prestada de la oposición, como para decir que se propone algo en la campaña, cuando la realidad indica que no tienen una solo idea.
Como en una gran puesta en escena, la oposición hace como que es oposición y el oficialismo hace que tiene un programa de Gobierno. La realidad ninguna de las dos cosas son ciertas y distan mucho de eso.
Muy diferente sería la historia si por ejemplo supiéramos qué proyecto presentó cada concejal, porque las presentaciones son por bloque.
Muy diferente sería la historia si por ejemplo conociéramos qué opina cada concejal en los debates en las sesiones, cuando hay porque por ejemplo la SAPEM Vanguardia Digital fue aprobada en plena pandemia sin debate y por unanimidad. La última ordenanza publicada en la página web del Concejo Deliberante disponible es la 989, del 14 de noviembre de 2019, es decir hace casi dos años atrás. Se preocupan por el Boletín Oficial, pero no hacen bien su trabajo ni resguardan la información pública.
Muy diferente sería la historia por ejemplo si supiéramos como vota cada concejal en cada votación… más de uno se sorprendería.
Muy diferente sería la historia por ejemplo si abandonaran la política del “bla, bla, bla” y comenzaran a trabajar en serio para cambiar Zárate y la vida de los zarateños.