Por Eduardo Rivas, corresponsal en Zárate
Como hemos visto es una constante, el ingreso y egreso de funcionarios en la gestión municipal, siempre se recurre al mismo formalismo, que “deviene imperioso cubrir las funciones” en determinada área y que, en consecuencia, se nombra a la persona “X” porque se considera que es el personal idóneo a los fines de cubrir el cargo en cuestión. Pero nunca se hace público las razones de porqué es el personal idóneo, mucho menos, la exposición pública de un currículum vitae o una hoja de antecedentes. Todo se limita a la creencia de quien firma la norma. Pero hay casos que son más que llamativos, por ejemplo el Decreto 249 del año 2020.
El intendente municipal Osvaldo Cáffaro y la secretaria jefa de Gabinete Florencia Diez firman el 3 de abril de 2020 pero retroactivo al 1 de marzo de 2020, algo curioso, sobre todo si se considera que es una persona que ingresa a la plantilla municipal.
Si se lo nombra a partir del 1 de marzo cobró desde entonces. ¿Trabajaba sin estar nombrado? ¿Cómo firmaba la documentación interna? ¿No trabajaba por no estar nombrado? ¿Por qué se le pagaría entonces? Estas preguntas encuentran respuesta en el Decreto 222 del año 2020, donde Christian Darío Álvarez Navarro, que de él se trata, aparece mencionado entre quienes “percibirán la bonificación por "Tiempo Pleno" correspondiente al mes de Marzo de 2020”. Lo curioso es que el Decreto 222 es de fecha 19 de marzo de 2020, fecha en la que Álvarez Navarro no era empleado municipal. ¿Cómo es entonces que ya tenía número de legajo y se lo consignaba para cobrar el “tiempo pleno” si no era empleado municipal? ¿O era empleado municipal en los hechos pero no se había producido el acto legal de nombramiento y tuvieron que sacarlo de apuro después? Todo un zafarrancho. Propio de la gestión Cáffaro.
Todo es turbio, oscuro y nada se explica. Todo linda con el delito, pero de nada se exigen ni se dan explicaciones.
¿Hay otros casos como el de Álvarez Navarro en el municipio? Sí, lo hay, y se llama Claudia Gazzia, cuyo decreto de nombramiento como Jefe de Departamento de Niños, Niñas y Adolescentes, la sororidad te la debo, fue firmado el 3 de abril de 2020 bajo el decreto número 251 retroactivo al 1 de febrero de 2020, por lo que cobró en febrero y marzo la bonificación de “tiempo pleno”. Vaya uno a saber cómo sabían entonces que en abril la nombrarían y como hizo para cobrar la bonificación efectivamente si no era empleada municipal por entonces. Como dijeran los viejos, cosa e’mandinga. Bah, cosa de la administración zarateña.
Pero volviendo a Álvarez Navarro, las mencionadas no son esas las únicas cuestiones a resaltar del caso.
Por el decreto 306 del 14 de mayo de 2020, Cáffaro y Diez le aceptan la renuncia presentada a partir de dicho día, algo por demás curioso porque en general los decretos en los que se aceptan las renuncias no se fechan el mismo día en que es efectiva la renuncia, de hecho algunos se demoran más de un mes.
Es decir, pasaron 44 días entre el decreto que designa a Christian Darío Álvarez Navarro y el que se le acepta la renuncia. Trabajó, según los textos legales, 75 días, a los que habría que descontarle los feriados, los días no laborables, los fines de semana y hasta el confinamiento por la pandemia de Covid-19.
Y por si fuera poco, resulta que don Christian Darío Álvarez Navarro era empleado de la Municipalidad del Pilar cuando se lo designa en Zárate como Director General de Planificación, de hecho el intendente, Federico Achaval, le otorgó una licencia sin goce de haberes el 18 de marzo de 2020 por medio del decreto 584/20 de aquel municipio (https://www.pilar.gov.ar/wp-content/uploads/2020/06/pilar_123.pdf).
Queda claro que de planificación sabe muy poco, puesto que del 1 al 17 de marzo estuvo nombrado en ambos municipios. ¿Cómo es eso? Sería bueno que lo explicaran Cáffaro y Diez, que fueron los que lo incorporaron.
¿La Municipalidad de Zárate compartía un funcionario con la Municipalidad del Pilar?
Y mientras tanto todos miran para el costado. Ni las autoridades del Departamento Ejecutivo explican y piden disculpas por los yerros realizados corrigiendo lo que se hizo mal, ni los miembros del Departamento Legislativo exigen las explicaciones del caso. De hecho estos últimos ni siquiera tienen la documentación que analizamos… ni la quieren tener porque todos saben que nosotros la tenemos y a nadie le interesó compartirla.
Es alevoso el accionar municipal en 2020. Claro que todo se explica “por la pandemia”. Es imposible que si se realiza un análisis a conciencia el Honorable Tribunal de Cuentas no sancione a las autoridades locales. Si así no fuera, solo queda imaginar en la complicidad del organismo provincial.
Seguimos revisando los Decretos y siguen apareciendo irregularidades.
Nosotros no estamos dispuestos a ser cómplices ni a ocultar la documentación con que contamos.
Los vecinos tienen el derecho de saber qué ocurre en el gobierno local.
Nosotros, en la medida de nuestras posibilidades, procuraremos garantizar el ejercicio de dicho derecho.