Por Eduardo Rivas

El intendente putativo Ariel Ríos firmó el Decreto 861 por el que se seleccionará “una empresa a quien encomendarle la obra Planta de Tratamiento de Líquidos Residuales Hospital René Favaloro”, porque sí, pese a que el Hospital fuera inaugurado hace más de seis años, no tiene donde tratar sus residuos cloacales.

Y más inverosímil es cuando se tiene en cuenta el Presupuesto asignado para tal obra, 7.494.660,16 de pesos, bastante menos que el dinero asignado a Zárate Basket, cuyos integrantes tienen trato preferencial para su atención en el nosocomio.

Pero esta Licitación trajo un dato adicional, que marca una ruptura con la gestión de Osvaldo Cáffaro; el municipio puso a disposición de quien esté interesado el pliego de condiciones de la licitación, que expone una situación que hasta el momento las autoridades no reconocieron públicamente y unos cuantos datos curiosos.

En este documento, que aquí compartimos para quien esté interesado, se afirma “el sistema actual consiste en una red interna de colección cloacal, que se vincula por un par de cámaras de inspección, confluyendo a una cámara séptica y de allí a un pozo absorbente. El pozo absorbente en este momento se encuentra desbordado”, (negrita y subrayado en el original), por lo que bien podríamos decir que estamos con la mierda al cuello, y junto a un Hospital, y en plena pandemia. Datos por demás curiosos teniendo en cuenta que, como dijéramos, el Hospital fue inaugurado hace más de seis años y en ese tiempo nunca fue una prioridad para las autoridades la instalación de una planta de tratamiento de líquidos residuales.

Y en el mismo texto el municipio afirma que “El servicio en el área como en toda la ciudad es prestado por Aguas de Zarate S.A.P.E.M. con una cobertura del 96 por ciento en agua corriente y del 75 por ciento en el servicio de cloacas”.

Más allá del error conceptual de hablar una vez más de la ciudad, cuando se debiera hablar del Distrito, son curiosas las cifras, puesto que Zárate cuenta con más de 25 villas (https://www.argentina.gob.ar/desarrollosocial/renabap/tabla), que ahora llaman barrios populares porque creen que cambiándoles el nombre cambian su realidad, y en muchas de ellas el disponer de tendido de agua y cloacas es un lujo, lo cual reconoce de manera solapada el propio gobierno municipal puesto que afirma que “El Hospital Intermedio Municipal Dr. René Favaloro se encuentra ubicado en la Av. Antártida Argentina número 3.900 al oeste de la ciudad.

Dicha avenida vincula la ciudad con la ruta Nacional número 9 (Panamericana) siendo la vía de salida hacia el norte de la República Argentina. El sector es el límite entre la zona urbana y suburbana siendo su emplazamiento estratégico ya que la expansión de la ciudad se produce en el eje de la Av. Antártida Argentina”. Y paso seguido, afirma que “el punto de conexión más cercano a la red cloacal se encuentra a unos 1200 m al acceso del hospital”. Si esa es la realidad que se reconoce para la zona cercana al Hospital, ¿Qué se puede esperar en sitios más lejanos?

Porque incluso la solución propuesta para la zona es deficiente, el Pliego menciona lo que se busca con esta obra es “un efluente de calidad para su correcta disposición en el zanjón pluvial que acompaña la traza de la Av. Antártida Argentina”. En 2022 y en un Hospital, el Municipio propone tirar los residuos líquidos cloacales a un zanjón, parece chiste, es terriblemente cierto.

Además, quien se encargue de realizar el trabajo ‘toman conocimiento que los aportes que realicen dentro del marco del Programa Municipal de Esponsorización y/o Patrocinio y/o Auspicio y/o Tutoría y/o donación para Actividades Deportivas, serán afectados a los destinos previstos en la Ordenanza 4677 (Decreto de Promulgación 990/18)…”, prioridades del caffarismo, que se presenta en el articulado del acuerdo de la siguiente manera: “La Empresa manifiesta su libre consentimiento y absoluta voluntad de formalizar su adhesión al programa creado por la Municipalidad, con el objeto de colaborar y ser parte, en carácter de Patrocinador y/o Tutor del Programa para algunas de las finalidades descriptas en el Artículo 3º, de la Ordenanza 4677”.

Una tautología, para poder licitar hay que hacer aportes, aportes que en el acuerdo dicen ser voluntarios. En criollo, si se quiere licitar hay que pagar el caprichito de Cáffaro de tener un equipo profesional de básquet.

Así están las cosas, estas son las prioridades, y con planta de tratamiento o sin ella, estamos siempre con la mierda al cuello.