Por Eduardo Rivas
En Cuba la palabra escaramujo significa dos cosas: el fruto de un rosal silvestre y un crustáceo. La incógnita por la cual un fruto y un crustáceo tienen el mismo nombre es lo que inspiró a Silvio Rodríguez para escribir una canción con ese título, “El escaramujo”, en la que el autor se pregunta en torno a la inquietud, por ello insiste en que “saber no puede ser lujo”.
Y como Rodríguez y su escaramujo, sea de la tierra o el mar, nosotros también nos hacemos preguntas.
Varias fuentes consultadas informan que el intendente municipal en uso de licencia Osvaldo Cáffaro, sufrió un cuadro de abstinencia y tras él, un sangrado nasal. Esta situación, que se vivió en el Palacio municipal, requirió del llamado al SEMU por parte de su esposa, la diputada provincial Patricia Moyano, para luego ser trasladado con rumbo desconocido.
Se supo que no fue ingresado en el Hospital zonal ni en el municipal, que por cierto no tiene internación, y pese al hermetismo oficial, se pudo saber que fue internado en la Clínica del Carmen.
Este no es el único sangrado reciente de Cáffaro, puesto que el viernes anterior había tenido una situación similar en la Ciudad de Buenos Aires, tras lo que le recomendaron reposo, por ello no estuvo en el cierre de Costa Grande, Costa Joven, ni en la actividad que Zárate Basket organizó para con los clubes que integran el Club Unión de la Ciudad de Zárate, donde lo representó su chofer, Salvador de Bártoli, quien además es uno de los primeros vacunados del Distrito, VIP por cierto, ya que fue inscripto como personal de Salud.
Era previsible que algo de esto pudiera ocurrirle a Cáffaro, al fin de cuentas llevaba 5107 días al frente del municipio, donde solo se ausentó por las licencias anuales y por aquella fuerte lumbalgia que lo alejó de su puesto durante tres días, tras los que volvió luego de una milagrosa recuperación… y también tras la firma del boleto de compra venta del predio de Concaro por parte del actual intendente putativo Ariel Ríos.
Sí, Cáffaro llevaba 13 años, 11 meses, y 21 días como titular del Ejecutivo y todo indica que buscará estar cuatro años más al frente a partir del 10 de diciembre de 2023, por lo que sin pretender diagnosticar algo para lo cual no nos formamos ni estamos capacitados, bien podría configurar un caso de aquellos políticos ávidos de poder que no logran poder generar algo por fuera de él.
La falta de un recambio generacional y la nula construcción de un proyecto colectivo, siendo todo lo realizado caffarocéntrico, así lo atestigua.
Pero un buen día, y como parte de un estudiado cálculo político, decidió dar un paso al costado y tras tres períodos y casi medio, dejó de ser intendente. La sensación de vacío debe ser fuerte, la abstinencia incontrolable.
Las mismas fuentes que informan su internación afirman que la nueva realidad lo corrió de eje, lo sacó de su zona de confort, y lo que creía iba a ser una transición suave a un puesto en el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat resultó ser más traumática que lo imaginado.
Según las últimas noticias ya no estaría internado en la Clínica del Carmen, pero no se sabe cómo sigue su cuadro clínico.
Como Rodríguez, “Yo vivo de preguntar, saber no puede ser lujo”, y entonces nos preguntamos:
¿Cuál es el estado de salud de Osvaldo Cáffaro?
¿Por qué tanto hermetismo para dar a conocer qué le ocurre?
¿Por qué tuvo dos sangrados nasales en ocho días?
¿Esto tiene relación con aquel accidente que tuviera en la Ciudad de Buenos Aires en el invierno de 2019?
Si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo.
Hay que saber la verdad siempre.
MÁS NOTICIAS