El genocidio infantil a través del aborto, la promoción de la lucha entre sexos con el feminismo, la degenerada agenda de la ideología de género en las escuelas y, ahora, la legalización de la marihuana, la gestión progresista del Gobierno nacional. "Se siguen legalizando cosas que van en contra de la familia", sentenció Víctor Albarracín, precandidato a legislador nacional por el Partido Conservador Popular.
"La idea que tiene el gobierno nacional es romper con la base", advirtió. Y añadió: "Dijeron que es legal el cigarrillo y el acohol, con motivo de avanzar con la legalización de los estupefacientes como la marihuana".
La ofensiva del presidente Alberto Fernández en favor de la legalización de la marihuana sorprendió a varios religiosos y reabrió un foco de conflicto con la Iglesia, a tan solo 8 meses después de la sanción de la ley del aborto en la Argentina.
Fernández lanzó la propuesta, luego de la fuerte crítica del titular del Episcopado, el obispo Oscar Ojea, quien el domingo pasado cuestionó el clima de "insultos y agresiones" en la campaña electoral. Lejos de dicho debate, sectores más conservadores del país, se le fueron al cuello al máximo mandatario.
"En vez de avanzar en favor del motor de la familia, siempre se retroceden casilleros", expresó Albarracín. Y añadió: "El beneficio que tiene la gestión es que tienen una organización encubierta, en donde hay ciertos responsables que estan en distintas esféras del Gobierno. Quienes necesitan este tipo de fondos para seguir haciendo su trabajo".