Para los equipos argentinos, jugar de visitante en Brasil es una carga sumamente desigual, no solo en términos deportivos, sino por la manifiesta agresión e intolerancia que demuestran las fuerzas de seguridad, que tienen un largo historial de conductas agresivas tanto para hinchas como jugadores de nuestro país.
La última vez le había tocado a Boca pasar un mal rato en la previa de la final de la Copa Libertadores del 2023, y ahora, por el mismo certamen, fue el turno de Talleres de llevarse una pésima experiencia al visitar las tierras cariocas.
El resultado fue también sumamente adverso para Talleres, que cayó por 2 a 0 ante San Pablo y perdió la punta de la zona -aunque de todos modos pasa como segundo-, pero lo que se ganó los ojos del mundo fue la trifulca que se desató entre los futbolistas argentinos y la policía paulista.
La controversia comenzó cuando el juez colombiano del encuentro, Jhon Ospina, ordenó repetir un penal a favor del conjunto brasileño debido a un supuesto adelantamiento del arquero argentino, quien había atajado el disparo.
Lucas Moura ejecutó el penal de nuevo, consiguiendo el 1 a 0 momentáneo. Luego, cerca del término del primer tiempo, Luciano realizó una fuerte entrada contra Ramón Sosa en el área, pero el árbitro no consideró que hubiese falta. Estos sucesos decantaron en una fuerte discusión del portero Guido Herrera con el árbitro una vez que finalizó la primera parte.
Durante la discusión, uno de los policías golpeó a Lautaro Morales, arquero suplente de Talleres, lo que desató la ira de Herrera, quien se fue encima del oficial a reclamarle lo sucedido y tuvo que ser detenido por sus compañeros.
Después de finalizado el partido, tanto Morales como el colombiano Juan Camilo Portilla fueron citados a declarar, como es habitual en casos de disturbios en los estadios en Brasil. Con la asistencia del consulado argentino en San Pablo, los futbolistas luego se reunieron con la delegación de Talleres.
El diario brasileño O’Globo detalló: “Dos jugadores fueron detenidos por la policía por desacato. Los dos pasaron por una audiencia en la madrugada de este jueves, en el Jecrim (Juzgado Especial en lo Civil y Penal). Fueron liberados tras aceptar pagar una multa de 10.000 reales cada uno”.
Tras este cotejo que decretó que el San Pablo de Luis Zubeldía avanzará a los octavos de final como líder del Grupo B por diferencia de gol (ambos conjuntos culminaron la fase regular con 13 unidades), el propio Herrera dialogó con ESPN y dio su versión de los hechos sobre lo acontecido dentro del campo de juego, lanzando una fuerte crítica contra los efectivos policiales de Brasil.
“Son cosas que no tienen por qué suceder, yo estaba hablando con el árbitro sobre el penal que se repitió y pasó lo de la reacción. Él después me confirmó que hubiese hecho lo mismo en mi lugar, que es defender a un compañero”, explicó el arquero que se encuentra bajo la órbita de River Plate. Además, esbozó que los jugadores de San Pablo “les dieron la razón y les avisaron que los policías eran complicados”.
Sobre los enfrentamientos ocurridos con los efectivos brasileños, el portero manifestó: “Me llamó la atención con la frialdad que lo hicieron, pero siempre es lo mismo, cada vez que los equipos argentinos vienen acá se van de esta manera y los protagonistas de la fiesta del fútbol son otros”. Y luego, añadió: “Seguramente va a volver a pasar, es algo que todos sabemos y cuando te toca vivirlo, obviamente defendés lo tuyo, más cuando la agresión es por parte de ellos porque no hicimos nada, solo estábamos reclamando por qué se repitió el penal”.
Al ser consultado sobre la situación de Lautaro Morales y Juan Portilla, quienes fueron demorados producto del escándalo que se originó, afirmó: “La justificación es que ante cualquier insulto te quieren retener. Yo no sé si el policía está dando declaración, debe estar en su casa tranquilo; y fue el que generó todo, porque sino no pasaba nada”.
Para culminar, realizó un breve análisis futbolístico y valoró la actitud de sus compañeros en el Morumbí: “Estoy orgulloso de mis compañeros, por cómo nos plantamos, por cómo jugamos porque San Pablo nos generó mucho, fue un partido tranquilo hasta el penal y son partidos que nos van a servir para lo que viene”.
El colombiano Portilla ya había hablado dentro del campo de juego, antes de llegar a los vestuarios: “Muy caliente... La verdad que dar un precedente por la Policía brasileña, nos irrespetaron mucho. Son cosas que pasan en el partido entre jugadores y quedan allí. Salimos del campo y ellos nos agreden. Entonces, para dejar un precedente que tengan en cuenta eso. La verdad que una falta de respeto, nos han tratado muy mal. En el partido es caliente, se dicen palabras, pero quedó ahí. Salimos del campo y la Policía agrede a un jugador de nosotros. Son cosas que no se pueden permitir, no pueden volver a pasar”.
El portal O’Globo citó declaraciones de un delegado brasileño –llamado César Saad– sobre el tema: “Los deportistas fueron a quejarse ante el árbitro. Como siempre sucede aquí, la Policía Militar brindó protección al árbitro. Se nota que el árbitro retrocedió un poco, los policías crearon una barrera con sus escudos y el portero empezó a quejarse de que el escudo lo había tocado. Al final del partido, nada más sonar el pitido final, el portero suplente pasó junto al trío de policías que escoltaban al árbitro, los mismos que se encontraban allí en el descanso, y les lanzó insultos. Otros policías y otras personas presenciaron esto. En el campo, otro deportista también insultó a la policía. Fueron detenidos en el vestuario y llevados a Jecrim”.
Hay que recordar que no es la primera vez que existen conflictos entre jugadores y la Policía brasileña dentro de un terreno de juego, incluyendo el reciente problema de la selección argentina en el Estadio Maracaná cuando decidieron detener el inicio del partido ante Brasil por los problemas en las tribunas.
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