La final que Argentina le ganó a Francia en el Mundial de Qatar 22 todavía sigue generando repercusiones, y parece ser que el orgullo en las tierras galas no se ha recuperado del golpe que sufrió luego de que la albiceleste la relegara al segundo puesto en el campeonato de fútbol más importante a nivel mundial.

En algunos casos, como el del astro francés Kylian Mbappé, parece ser que el nivel de negación con la derrota es tal que hasta incluso le quiso bajar el precio al prestigio que tiene la Copa del Mundo, al declarar que según él, es más difícil ganar la Eurocopa que un Mundial.

Desde ya, lo que plantea la ex figura del PSG y actual flamante incorporación del Real Madrid es un disparate que no tiene sentido alguno. El Mundial no solo es el evento futbolístico más importante, sino que una de las competencias deportivas de mayor trascendencia a nivel planetario, rivalizando únicamente con los Juegos Olímpicos.

Y es que, mientras que en un Mundial compiten todos los países, en la Eurocopa, como su nombre lo indica, solo participan las selecciones europeas. Cae de maduro que un torneo con mayor cantidad de participantes tiene más dificultad que uno con un abanico menor de competidores. De hecho, en la Eurocopa no juega el último campeón del mundo, Argentina; ni la selección con mayor cantidad de títulos mundiales en toda la historia, Brasil.

Más aún: en el 2022 se disputó también la final de campeones de confederaciones, en la que el vencedor de la Copa América se midió con el campeón de la Eurocopa. El duelo, protagonizado por Argentina e Italia, terminó con una contundente victoria de la albiceleste, que no solo superó en el marcador a los europeos, sino que los apabulló claramente en el juego.

Ni que hablar si se toma en cuenta que, a nivel individual, Argentina concentra a los dos candidatos a mejor jugador de fútbol de todos los tiempos: Lionel Messi y Diego Maradona. Para colmo, hasta unos años atrás, la competencia de Maradona no era otro que el brasilero Pelé.

Por último, vale la pena recordar que no es la primera vez que Mbappé da muestras de eurocentrismo, poniendo al viejo continente por encima del resto del mundo y desdeñando al fútbol de otras regiones, como lo hizo en particular con el caso del fútbol sudamericano, al que consideró “menos desarrollado”. Irónicamente, él mismo, siendo el mejor jugador europeo de la actualidad, parece olvidar o querer negar sus propias raíces africanas.