Este domingo, Boca pudo finalmente estrenar a los últimos refuerzos que llegaron al club por medio del mercado de pases, aunque el conjunto jugó un partido un tanto deslucido y lleno de asperezas de visitante en Florencio Varela frente a Defensa y Justicia, por la sexta fecha de la Copa de la Liga.

Tras el bochornoso pifie para anotar a los nuevos jugadores en la Copa Sudamericana, esta vez el DT Diego Martínez pudo finalmente poner en cancha a las incorporaciones, que formaron parte del plantel titular: Gary Medel, Tomás Belmonte, Brian Aguirre y Milton Giménez.

No obstante, el conjunto local madrugó a la defensa boquense y fue nada más ni nada menos que por medio de Santiago Ramos Mingo, un jugador surgido de Casa Amarilla, que se quedó con un rebote perdido en el área chica para poner el 1 a 0 en favor de Defensa.

Para fortuna de Boca, el partido no tardaría en equilibrarse. Ayrton Portillo saltó para intentar cabecear un entro peligroso dentro de su propia área, pero en el furor terminó tocando la pelota con la mano. Aunque el árbitro no lo advirtió, los jugadores de Boca reclamaron de inmediato, y a instancias del VAR, el juez ratificó su fallo y pitó penal. Miguel “La Bestia” Merentiel se encargó de definir y poner el 1 a 1. Curiosamente, al igual que en el gol del equipo rival, el uruguayo supo vestir la camiseta de Defensa y Justicia en el pasado.

Si ya dos casos de la “ley del ex” llamaban la atención, en Boca se agarraron la cabeza cuando otro jugador con pasado xeneize, Aaron Molinas, remató con potencia desde media distancia y dejó parado al arquero Sergio “Chiquito” Romero, para poner el 2 a 1 en favor de Defensa y Justicia.

El “Halcón” cerró mejor la primera etapa, pero en el complemento, Boca fue a la carga y una desatención en el área del local generaría el empate. En una jugada con protagonismo de los refuerzos, Tomás Belmonte metió un buen pase en profundidad para Milton Giménez, que encaró a Cristopher Fiermarín, definió cruzado con algo de fortuna y Kevin Gutiérrez empujó la pelota en su propio arco accidentalmente luego de un despeje de Víctor Aguilera.

Pareció que en ese entonces los dos equipos firmaron el empate, puesto que el partido se planchó y transcurrió en un letárgico devenir hasta el pitazo final, sin emociones que remarcar y dejando el marcador igualado.