El reciente fallo del juez federal con competencia electoral, Alejo Ramos Padilla, en torno de la resolución de la interna de la Unión Cívica Radical (UCR) bonaerense generó los más diversos y punzantes comentarios.
Se destacó una de tantas interpretaciones y es la de haber cumplido con un gesto de "actitud militante" muy favorable a la estrategia electoral de Cristina Fernández de Kirchner y hasta de Máximo Kirchner.
UCR: el juez federal con competencia electoral, Alejo Ramos Padilla, dispuso elecciones complementarias en Ezeiza por 6 mesas cuyos votos habían sido anulados x irregularidades (certificados adulterados, urnas manipuladas, padrones con firmas apócrifas y electores inexistentes).
— Juliana Ricaldoni (@juliricaldoni) November 8, 2024
En pocas palabras, el fallo, que rechazó la impugnación presentada por la lista 15 encabezada por el legislador de Evolución, Pablo Domenichini, alentará el abroquelamiento de una UCR hacia la versión de un frente con Propuesta Republicana (PRO) y el anarquismo libertario de Javier Milei, tal cual sueñan, entre otros el electo presidente del Comité Provincia, Miguel Fernández; su antecesor y senador Maximiliano Abad; el ex vicegobernador Daniel Salvador y el ex intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
Sea si se trató de un fallo "ajustado a derecho" o con cierto "condimento militante", la decisión judicial favoreció la grieta o la profundización de la misma en las próximas elecciones legislativas, testeo para las elecciones ejecutivas de 2027.
En ese sentido, mucho pesó en el ambiente político de los pasillos de Legislatura la especie relativa a una serie de negociaciones entre el asesor presidencial libertario Santiago Caputo y el ex ministro del Interior y senador Eduardo "Wado" De Pedro, quiénes hacia afuera son tan distintos, pero en el mar de las conveniencias, se mueven como tiburones en el agua.
Según esta especie, ambas personalidades hicieron el cierre del acuerdo que no pueden visibilizar ni Cristina Fernández ni Javier Milei.
Caputo y De Pedro coincidieron en que tanto la ex Presidenta como el actual jefe de Estado se elijan como adversarios o enemigos políticos exclusivos, profundizando una grieta que no admitirá tibiezas, ni especulaciones experimentales como una posible tercera vía encabezada por el peronismo no kirchnerista.
Esto, a Milei le serviría para alimentar con dosis suficientes un condicionamiento al PRO para que finalmente hagan un frente electoral, al que se "sumaría" la UCR apoyada por Miguel Fernández y "Maxi" Abad y la mayoría de los gobernadores radicales, con excepción del santafecino Maximiliano Pullaro.
El encomillado sobre el término "sumaría" no es fortuito, dado que el centenario partido de Leandro Alem debe pasar el examen de las convenciones nacionales y la bonaerense para hacer alianza con los libertarios y, en ese sentido, la correlación de fuerzas hace impredecible y abierto una resolución en ese sentido.
En tanto, por el lado de Cristina, ella también resolvería su propia interna, aplacando a gobernadores kirchneristas exultantes, ansiosos y con rebeldía en potencia como el bonaerense Axel Kicillof y el riojano Ricardo Quintela.
El primero de los nombrados pedía a los gritos que se dejara de cantar "la canción que sabemos todos", mientras que Quintela debió aplazar su proyecto de competir para la presidencia del Partido Justicialista (PJ).
Los analistas más minuciosos que fueron consultados no ven descabellada la teoría de una fuerte influencia de ambos sobre el propio juez Ramos Padilla dado que ambos tienen una llegada directa y sin escalas al Consejo de la Magistratura de Nación, usina de presiones al por mayor que hace imaginable y previsible el condicionamiento de fallos, despertando una supina creatividad que a muchos abogados les provoca cuestionamientos sobre sus propios saberes jurídicos. Sobre todo en casos muy sensibles o "calientes como una brasa".
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