El diputado nacional Javier Milei inaugura un local en Almirante Brown, recorre Bernal en el municipio de Quilmes, consigue una banca propia en la Cámara de Diputados bonaerense gracias a una legisladora que abandonó un bloque que originalmente se forjó detrás de la boleta de José Luis Espert y tiene otro diputado que trabaja en su instalación en la Tercera sección electoral.

El economista libertario avanza ahora en la provincia de Buenos Aires y en el oficialismo, por lo bajo, esperan que tenga presencia en la mayor cantidad de municipios posibles. Reconocen también que es un riesgo y que podría eyectarlo en una segunda vuelta en el orden nacional.

Distintos dirigentes del Frente de Todos coinciden, en off, en que la presencia de Mieli en la provincia de Buenos Aires es “casi un mal necesario” para la estrategia electoral oficialista. Con un Frente de Todos estancado, con pérdida del salario y una inflación que sigue a rienda suelta aunque algo más alejada del centro de la escena -en parte por la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía-, la mayoría de los análisis están en sintonía: en la población hay un descreimiento y enojo con la clase dirigente. La anti política viene avanzando y la provincia de Buenos Aires es una muestra.

Por caso, la consultora Circuitos mes a mes viene midiendo las mismas variables en la provincia de Buenos Aires con relevamiento en el conurbano e interior. En el estudio de septiembre, el último realizado, la mayoría de los consultados -un sondeo de opinión abordado sobre 1.290 casos- contestó que no se siente representado por ningún espacio político (un 25,1 por ciento).

En las diferentes opciones políticas el kirchnerismo secunda al descreimiento con el 22.1, el PRO lo sigue con 18.2, el radicalismo con 13.9 y luego aparecen los libertarios con 8.1. Mientras que Milei asoma con el 10,7 en imagen en PBA sobre eventuales candidatos de cara a la elección 2023, en una tira que también incluye a Cristina Kirchner y Mauricio Macri.