El intendente de Hurlingham, Damián Selci, y La Cámpora se gastaron los fondos para construir el Hospital del PAMI que prometieron y ahora hacen un show político pidiendo al gobierno nacional que lo termine.

El Concejo Deliberante de Hurlingham, dominado por el oficialismo camporista, aprobó una resolución exigiendo que el Gobierno Nacional reactive las obras del Hospital PAMI en el distrito. Lo que no dicen es que la finalización de la obra era responsabilidad del intendente Selci, quien durante su gestion como interino no solo prometió terminarla, sino que también administró los fondos destinados a ello. Sin embargo, en lugar de avanzar, el dinero desapareció y hoy el hospital sigue inconcluso.

Meses atrás, Selci ya había intentado deslindar responsabilidades exigiéndole a la administración de Javier Milei que retome los trabajos en el hospital. Lo que el intendente omite en su discurso es que, mientras el proyecto estuvo bajo su órbita y la de su círculo en La Cámpora, el dinero desapareció en un entramado de corrupción que está siendo investigado por la Justicia.

Esta decisión expone el incumplimiento de Selci, quien utilizó la inauguración parcial del hospital en julio de 2023 como un acto de propaganda electoral. La realidad es que el edificio nunca estuvo finalizado ni atendió áreas críticas como internación, guardia, terapia intensiva, quirófano y diagnóstico por imágenes. A pesar de las promesas de Selci y del diputado Máximo Kirchner, que en junio de 2022 aseguraba que la obra estaría terminada en nueve meses, el hospital sigue siendo una fachada sin servicios esenciales.

Además de Selci, ex funcionarios del PAMI como Luana Volnovich, Martín Rodríguez y militantes camporistas, como María Eugenia Methol y Rocío Melgarejo, enfrentan indagatorias por su rol en un esquema de fraude con fondos públicos. Según la causa que avanza en la Justicia Federal, los recursos destinados a talleres para adultos mayores fueron desviados para financiar la campaña de Selci, con maniobras que incluyen hasta la creación de centros de jubilados fantasmas y la falsificación de recibos.

Mientras la justicia sigue el rastro del dinero y los jubilados reclaman lo que les arrebataron, el intendente de Hurlingham insiste en montar operativos políticos para exigir la reactivación de una obra que nunca debió haberse detenido.