Diego Armando Maradona y un 10 de noviembre memorable.
El sábado 10 de noviembre de 2001, Diego Armando Maradona tuvo su partido homenaje, en un desbordado estadio "La Bombonera" y rodeado de figuras de todo el mundo.
Entre lágrimas, con la voz quebrada por la profunda emoción, el "Diez" hizo un repaso por sus equivocaciones, pero separó a la pelota y al fútbol, como deporte, de esos errores que marcaron su carrera y su vida.
Una vez que terminó el partido, se subió a un pequeño escenario y, parado frente al micrófono, provocó un silencio difícil de olvidar para quienes estuvieron ese día, por la expectativa que había en su palabra.
“No sé cómo pagarles por esta alegría. Yo traté de ser feliz jugando al fútbol y de hacerlos felices a todos ustedes y creo que lo logré. Esto es demasiado para una persona”, empezó Diego, que continuó: “No hay cancha como ésta, un templo del fútbol. Le agradezco a Dios que haya creado la Bombonera y que me haya hecho de Boca”.
Por último, inmortalizó una de las frases que quedará por siempre en la memoria de todos los argentinos: “El fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo. De eso que no le quepa la menor duda a nadie. Porque se equivoque uno, no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”.