Los desequilibrios se trasladan hacia adelante. De la mano del ministro Sergio Massa, el Gobierno le pidió a Brasil y formalmente a la petrolera estatal Petrobras la postergación de pagos por la energía importada hasta 180 días.
Se trata del financiamiento para el suministro de electricidad que abastece Petrobras a través de las centrales eléctricas de Brasil. La petición se produce incluso a pesar de los más recientes acuerdos comerciales por los cuales el yuan se añade como un medio de pago alternativo al dólar, el Gobierno no está dispuesto a utilizar reservas sin importar la divisa.
Todavía no cobre y tengo más deudas que el gobierno Argentino.
— Fede (@ChinooMansilla) June 25, 2019
La iniciativa también contó con el visto bueno de Alberto Fernández, le hizo el planteo al presidente Lula da Silva en Brasilia durante la semana pasada. Sin embargo, Petrobras aún no resolvió ninguna decisión formal.
La petición del Gobierno se suma a un arsenal de restricciones que ya operan sobre el pago a proveedores en el exterior. El Banco Central acumula una peligrosa “bola de nieve” en deuda comercial que deberá ser afrontada por un eventual próximo Gobierno en diciembre.
El objetivo de Massa es nuevamente postergar las obligaciones de pagos en divisas para después de las elecciones PASO en agosto, y de esta forma mantener un mayor excedente en el Banco Central con el cual seguir interviniendo las paridades alternativas del tipo de cambio.
La constante intervención de la cotización entre el dólar Contado con Liquidación (CCL) y el dólar Bursátil (MEP) es una maniobra que implícitamente también impone un techo para el tipo de cambio paralelo, ya que se forma una suerte de “rulo” o arbitraje entre ambas paridades. Es una de las principales estrategias electoralistas que ensaya el ministro Massa para ganar competitividad en la contienda de agosto.
Solamente en mayo el Banco Central desembolsó hasta 759 millones de dólares para subsidiar la cotización del dólar bursátil, un récord histórico que incluso alcanza a duplicar los valores observados durante la gestión de Martín Guzmán antes de las elecciones de medio término en 2021.
La estrategia de Massa consiste en adelantar desembolsos y destrabar líneas de crédito con organismos multilaterales o con China, a fin de poder continuar con la intervención del dólar alternativo legal. Este mismo accionar fue severamente criticado del Gobierno anterior, y en la jerga kirchnerista implica “endeudamiento para financiar la fuga de capitales”.