Según el INDEC, el coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar pasó de 0,451 a 0,434 entre el segundo trimestre de 2020 y el mismo período de 2021, lo cual representa una muy tenue caída del 3,77 por ciento. Este indicador mide la desigualdad en la distribución del ingreso sobre los diferentes deciles de la sociedad.

El Gobierno se atribuyó la baja en el nivel de desigualdad y lo calificó como un “logro”, pero el nivel registrado para el segundo trimestre de este año es prácticamente equivalente a lo que dejaba la administración anterior en el último cuarto de 2019, con un Gini del 0,439 según el propio INDEC.

Aún así, y solamente considerando la variación entre el segundo trimestre del 2020 y el mismo período para 2021, nuevamente el oficialismo celebró la trayectoria sobre la desigualdad, pero ignorando que la pobreza creció violentamente.

Entre diciembre de 2019 y junio de 2020 las medidas extremistas del kirchnerismo provocaron un salto en el nivel de pobreza, que pasaba del 35,5 por ciento al 40,9 por ciento. Incluso a pesar del rebote en el nivel de actividad económica, la pobreza llegó hasta el 42 por ciento en diciembre del año pasado y se estima que actualmente alcanza al 42,7 por ciento de los argentinos.

Según el economista Martín González Rozada, la pobreza medida a partir de semestres móviles habría registrado un pico de hasta el 42,9 por ciento en septiembre de 2020. Estas cifras evidencian que no hubo una recuperación formal, sino más bien un rebote como resultado de la salida de las restricciones.

El incremento de la pobreza, al mismo tiempo en que la desigualdad cayó ligeramente, no refleja una situación positiva sino más bien todo lo contrario: bajo el modelo kirchnerista, la sociedad argentina es más igualitaria y cada vez más pobre.

El nivel de vida de un argentino promedio, medido a partir de los bienes y servicios que puede comprar con su nivel de ingreso, es cada vez más bajo. El hecho de que las brechas entre argentinos hayan disminuido es prácticamente irrelevante para medir el ascenso o descenso social.

Al término del segundo semestre de 2020, la pobreza alcanzó al 57,7 por ciento de los chichos entre 0 y 14 años, cuando al comienzo de la administración de Alberto Fernández este número era del 52,3 por ciento según el INDEC. Por lo tanto, la tenue baja en el coeficiente de Gini también es inútil a la hora de ponderar el avance o retroceso social en el estrato de la población que más sufre la pobreza.