Es triste. En la guardia general de adultos y en gran parte de las internaciones del Hospital de Quilmes, los colchones están podridos o en muy mal estado. A la dirección ejecutiva no le importa si fueron orinados, si tienen sangre o si debieron ser cortados para volver a ser utilizados.

La foto que muestra la triste realidad la tomó y publicó el sindicato oficialista ATE Quilmes, para celebrar la inversión de 55 millones de pesos en pintura. Pero se olvidaron de ocultar el colchón podrido, a pesar de haber trabajado toda una pandemia ocultando el desastre y el abandono en el Iriarte.

Los trabajadores del hospital se unieron para denunciar estas fallas y solicitaron una urgente rendición de cuentas pública de la puesta en valor anunciada en 2020 y de los 55 millones del convenio reciente. También exigen información pública, a través de los medios de comunicación, del estado de la licitación del nuevo edificio de pediatría.

Por otro lado, denuncian falta de personal y piden nuevos sorteos públicos para los nuevos ingresos de trabajadores, en un momento crítico donde podría gestarse una nueva ola de Covid con la llegada de la variante Omicron.

Autoridades elegidos a “dedo”

Lo que está sucediendo en el Hospital de Quilmes es extremadamente grave. Esta última semana ganó el caos y la desinformación en la institución. Se dice, pero nunca se confirma, que dos de los directores asociados fueron echados de su cargo para sostener lo insostenible: a Juan Fragomeno, director del nosocomio.

El desastre electoral de Mayra Mendoza, que pasó de ganar por 7 puntos en 2019, a festejar una diferencia de 2000 votos este año, se llevó puestos a quienes no fueron protagonistas del desastre y del abandono del nosocomio por décadas. Ahora, trabajadores del hospital Iriarte informaron en redes sociales que dos nuevas “directoras”, que aseguran venir de La Plata, se presentaron el viernes, y que también se ha realizado una reunión de urgencia en el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, con el actual director ejecutivo. 

Asimismo, sostienen que los han acostumbrado a que todo lo relacionado a la dirección, al Ministerio y a la intendencia, sea realizado a escondidas y en las terrazas: actos oficiales, recorridas de funcionarios, ingreso de nuevo personal, manejo discrecional de recursos, etc. “Creemos que Mayra Mendoza y el ministro de Salud conocen más las terrazas y los árboles, que la guardia y las internaciones”, aseguran. 

Todo esto agravado por la filtración de un audio de una persona que dice ser integrante de ATE Quilmes, que confirma lo que se sospechaba: “La plata que prometieron no llegó”, “se dedican a pintar paredes” y “en el Hospital no respetan a Mayra Mendoza”. Los trabajadores denuncian también que, desde ATE Quilmes, “se dedican a pintar paredes, y por cada pared pintada se sacaban una selfie con el director Fragomeno”. Pero lo más grave de ese audio es que pone al descubierto los negocios que significaron que ATE Quilmes se convirtiera en un cómplice necesario de la destrucción del nosocomio: “si no cumplen lo que prometieron, ATE va a parar el hospital”. 

“El gobierno los compró con cargos, sin lugar a dudas, mientras decenas de trabajadores, incluso personal con muchísimos años de servicio, aún no han podido ingresar a la planta a ningún familiar directo. En los peores momentos de la pandemia, cuando quedamos en la primera línea sin elementos y sin vacaciones, los sindicatos abandonaron a sus afiliados y se dedicaron a hacer rituales por la Pachamama en el fondo del hospital (con Fragomeno), mientras el personal autocovocado salía a pelear por mejores condiciones laborales, por la grave situación edilicia y por aumento salarial que nos saque de debajo de la pobreza. Además, seguimos siendo los más y mejor homenajeados que sobrevivimos bajo los inalcanzables números del INDEC oficial, un verdadero récord Guiness de este Gobierno”, manifestaron los trabajadores en un comunicado.

No sólo eso, sino que también cuestionan el hecho de seguir sosteniendo a un director que estuvo en todas las gestiones políticas de turno, que fue protagonista directo de la destrucción del pabellón histórico de ortopedia a fines de los ‘90, que fue denunciado en la Suprema Corte Bonaerense (2003) por reutilización de materiales descartables, que no puede explicar en cuáles obras gastó los 27 mil millones de la puesta en valor anunciada en 2020 y que está relacionado a las etapas más desastrosas del Iriarte. ¿Soberbia o negocios?

Ante la grave situación, llaman a todos los trabajadores y trabajadoras, y al pueblo de Quilmes, a los políticos honestos, a estar alertas, a defender al hospital del manoseo institucional, a denunciar las injusticias que generan los corruptos, a levantar del suelo, de nuevo al nosocomio.