Una vez más la transición “peronista” se pone en marcha, para no perder la localidad y a su vez no perder los “negocios” que solo se mantienen reteniendo la intendencia.
A las reiteradas declaraciones de Mariel Fernández, “que no cree en la continuidad de su mandato, ancladas en las hábiles jugadas del Movimiento Evita, para instalarla; primero como vice de Alberto y ahora como compañera de fórmula de Axel Kicillof, se agrega: la salida al ruedo de Damián Contreras, esta vez forzado más que nunca a poner la cara, si es que Sergio Massa se hace cargo de la transición que está a punto de suceder.
Si todo transcurre como está previsto, las dos deformaciones del peronismo, jugarán una interna, engañando nuevamente al electorado local. Aquello del gatopardismo de “cambiar todo, para que no cambie nada”.
Si es que Mariel asegura su posición más arriba, el Evita colocará a cualquiera en su reemplazo, (ni el hermano mide), y del otro lado Contreras tendrá el campo allanado para hacerse de la intendencia.
De esta manera el ciudadano y contribuyente de Moreno, volverá a ver un cambio de fachada, de nombres y de caras; pero se mantendrán las viejas costumbres del peronismo autóctono: exceso de empleados en la municipalidad, ingresos avalados por línea de sangre y no por concurso, sostenimiento de los institutos descentralizados IMDEL e IDUAR (cajas de pago a la militancia y aliados), desaguisados en las secretaria de Tránsito, Comercio y Educación, Cultura y Deportes a las que ahora se agrega el control de los parques industriales (cajas chicas de los Ejecutivos de turno).
De concretarse la maniobra, por supuesto avalada por el elector local, el mismo que a los meses volverá a emitir su queja, por el estado de las escuelas, el hospital, la inseguridad creciente; las usurpaciones constantes, el estado de las calles, la falta de iluminación.
La infamia está en curso, quedan avisados.
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