La realidad en Argentina es cada vez más cruda y hasta los que cuentan con un trabajo en blanco son considerados pobres, ya que la canasta básica supera muchas veces su sueldo. Por su parte, los que no tienen empleo se las rebuscan juntando comida en la basura.
En ese marco, el Gobierno no tuvo mejor idea que -ya a mitad de año- comenzar a comprar productos para la canasta navideña que será entregada a las familias en situación de vulnerabilidad. En vez de asistirlos con alimentos reales o trabajo (que es lo que necesitan), despilfarran millones de pesos en maní con chocolate.
369,5% de inflación, dólar de $53 a 300, miles de muertos por no comprar vacunas, la pobreza que sigue creciendo, miles de argentinos que se fueron a vivir afuera, un país sin reservas, la producción parada. El resultado de tres años desde las PASO de 2019. Datos, no relato.
— Facundo Landívar (@flandivar) August 12, 2022
El pliego al que accedió este medio está firmado por el propio ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, el pasado 27 de julio. Fue a través de una licitación pública bajo el expediente N° EX-2022-66676703, que el Gobierno de Alberto Fernández solicitó la adquisición de las golosinas y detallaron que “serán destinadas a atender a la población en situación de vulnerabilidad durante la celebración de las próximas fiestas de fin de año e integrar la llamada Canasta Navideña”.
Entre los proveedores que presentaron su presupuesto por un total de 2 millones de cajas con maní con chocolate, se encuentran las empresas SAYFIL S.R.L., cuya oferta alcanza los $86.276.000; luego Golosinas O.E.N.P. S.A., presentó un presupuesto de $293.920.000; y CUMA S.R.L., por un total de $51.600.000.
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