Después de haber lanzado el irresponsable "Plan Platita" entre agosto y octubre, el ministro Sergio Massa (todavía en funciones) desapareció de la escena pública y dejó a la sociedad librada a su suerte, sin ofrecer ninguna explicación por las consecuencias nocivas de su política económica.
Los desequilibrios macroeconómicos son cada vez más incontenibles, y la herencia para la próxima administración será la peor desde 1989. Las empresas de colectivos operativas en la región del AMBA confirmaron que el Gobierno kirchnerista se atrasó con el pago de los subsidios, y corre peligro el normal funcionamiento del sistema.
Massa ganó en el AMBA: 52% a 48%.
— Daniel Schteingart (@danyscht) November 24, 2023
Milei arrasó en el interior: 59% a 41%.
Fuente: "Javier Milei o el final de la anomalía argentina", ponencia de @juanabalmedina presentada ayer en la UTDT pic.twitter.com/tueufoIu29
No solamente las tarifas públicas se encuentran increíblemente atrasadas por la inflación (llegaron al valor real más bajo de la historia argentina), sino que además los subsidios para compensar a las empresas tampoco se actualizaron por inflación, y llegan con retrasos respecto del cronograma previamente acordado.
"Como es sabido, durante este 2023 se ha registrado la mayor inflación de la Argentina en 30 años. En este contexto, las tarifas han sido congeladas desde el mes de agosto de 2023 y durante más de 3 años entre 2019 y 2022. Por otro lado, las compensaciones (subsidios) tarifarias que deberían cubrir la diferencia entre la tarifa abonada por el pasajero y el costo real de la actividad, se encuentran persistentemente mal calculadas", explica el comunicado de las empresas de colectivos.
Peligra la continuidad operativa del transporte público de pasajeros en las 3 jurisdicciones del AMBA y también en la Capital Federal, de no cumplirse con las obligaciones normativas que el Estado acordó con las empresas afectadas.
La política económica de Sergio Massa, conducente a la represión de precios, genera escasez en todos los mercados que afectó. En las góndolas de los supermercados esto fenómeno quedó en evidencia por faltantes de productos básicos y una fuerte caída de la diversidad de la oferta.
En el mercado energético la escasez se vio aparejada por largas filas en las estaciones de servicio de todo el país, afectando también al sector agropecuario por la falta de gasoil para emprender las cosechas.
En el sector de la salud, la escasez de bienes importados puso en riesgo la normal atención de cardiopatías en múltiples centros hospitalarios a lo largo y ancho del país, e incluso se llegaron a postergar cirugías de urgencia por falta de insumos básicos y medicamentos esenciales.
Esta vez la historia se repite pero en el sector del transporte público. De no corregirse los brutales desequilibrios que deja la gestión Massa, se corre el riesgo de precipitar un colapso como el que sufrió la economía chavista, en donde los servicios públicos simplemente dejaron de funcionar y las tarifas dejaron de aplicarse por mantener valores irrisorios.
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