Durante su paso por el coloquio de IDEA, en Mar del Plata, Alberto Fernández repartió culpas a gobiernos anteriores por la inflación e intentó mostrar un panorama alentador para la Argentina, pero los altos índices de inflación, de pobreza e indigencia lo seguirán acompañando durante el último año de gestión. Aunque con una particularidad.

Vendrá el tiempo de las elecciones presidenciales, con o sin PASO, y eso pone en alerta al kirchnerismo que teme que se le escurra de las manos el poder territorial y legislativo que hoy tiene.

Sergio Massa puede dar fe de esa situación porque comienza a sentir las presiones de Cristina Kirchner y su hijo Máximo. A veces son directas y en reserva y otras son públicas, como cuando habla Andrés “El Cuervo” Larroque, quien suele reproducir el pensamiento de sus “superiores”.

La última salida de Larroque, funcionario provincial de Axel Kicillof, fue para pedir que se renegocie el acuerdo con el FMI, porque “está caído” y “es evidente que no funcionó”. Fue un poco antes de la nueva reunión de Massa con Kristalina Georgieva, quien reiteró que el gobierno debe cumplir con lo firmado.

Pero al ministro de Economía también lo presionan por un control de precios que él rechaza y en el que no cree. A ese reclamo de Cristina, Máximo y El Cuervo, se suma Axel Kicillof.

Pero hay más. Raquel “Kelly” Olmos llegó al ministerio de Trabajo para reemplazar a Claudio Moroni, a quien el kirchnerismo le había picado el boleto hace tiempo.

Olmos llegó sin que la CGT fuera consultada, y mucho menos el kirchnerismo. Ahora, debe ganarse el respaldo de los caciques sindicales que esperan que la ministra les dé una mano en la reapertura de las paritarias con pedidos de aumentos que llegan o superan el 100 por ciento.

Sin quererlo, también le metió presión a Massa porque dijo que con los actuales índices de inflación es “muy difícil empardar los salarios”.

En la línea de los reclamos, la nueva ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, recibió la posta de Juanchi Zabaleta y debe hacer frente ahora a la presión piquetera por más y mejores planes sociales.