Sin embargo, en la variación interanual, el incremento del 51,8 por ciento resulta el nivel más alto desde febrero del año pasado y de esta manera superó al del mes pasado que había sido de 50,2 por ciento.

Según el sondeo oficial, en junio, el rubro de mayor incremento fue el de Restaurantes y hoteles (4,8 por ciento) donde se destacó la suba de los servicios de alojamiento a raíz de las vacaciones de invierno.

Los aumentos de las actividades asociadas al turismo también influyeron sobre la división Recreación y cultura (+3,1 por ciento) y, en menor medida, Transporte (+2,3 por ciento). Salud (+3,8 por ciento) fue la segunda división de mayor aumento del período, sobre la que incidió principalmente el alza de productos medicinales, artefactos y equipos para la salud.

La suba en la división Alimentos y bebidas no alcohólicas (+3,4 por ciento) fue la de mayor incidencia en todas las regiones del país.

El incremento se explicó fundamentalmente por el aumento en verduras, tubérculos y legumbres -donde se destacó, entre otros, el alza del precio del tomate-; Café, té, yerba y cacao; Aceites, grasas y manteca; Leche, productos lácteos y huevos; y Azúcar, dulces, chocolate, golosinas, etc.

Los números del séptimo mes del año muestran a la vez el impacto de los congelamientos de tarifas, combustibles y del dólar oficial, que en julio apenas subió un 1 por ciento.

En el Gobierno reconocen que la moderación del tipo de cambio fue clave para reducir un poco la tasa mensual de inflación desde el pico del 4,8 por ciento en marzo. El dólar mayorista se apreció contra el peso 3,9 por ciento en enero, 3,4 por ciento en febrero, 2,7 por ciento en marzo, 1,8 por ciento en abril, 1,5 por ciento en mayo, 1,2 por ciento en junio y 1 por ciento en julio, el menor ritmo desde febrero de 2020.

La desaceleración que buscó el Gobierno le sirve de cara a las elecciones de noviembre, pero se trata de un fenómeno que los economistas creen que será pasajero y limitado.

"Vemos una desaceleración transitoria hasta noviembre desde los niveles del primer semestre, pero todavía con un piso inflacionario muy alto, Por ello, prevemos un promedio mensual del 2,8 por ciento con el ancla cambiaria oficial moviéndose al 1 por ciento mensual cuando a principio de año se movía al 4 por ciento, y el ancla tarifaria", dijo Martín Vauthier, economista de Anker Latinoamérica.

Los economistas consultados por el Banco Central esperan ahora una inflación del 48,2 por ciento anual, una leve suba respecto a las proyecciones previas. Y con el dato de julio, se consume ya prácticamente la meta anual prevista en un inicio, del 29 por ciento.

Por ese motivo, el Gobierno autorizó en junio la reapertura de paritarias. "En 2021 teníamos una proyección del 30 por ciento que no se podrá cumplir", reconoció días atrás la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco.