La inflación de 2021 será “del 50 por ciento al 55 por ciento” y la del año próximo estará “arriba del 60 por ciento” debido a las complicaciones del Gobierno para reducir las tasas mensuales de los precios minoristas y al regreso de una política de “fuerte emisión monetaria” para financiar el déficit fiscal y hacer frente a los vencimientos de deuda local de los próximos meses.
El pronóstico pertenece al economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso (LyP), Iván Cachanosky, quien consideró de “después de las elecciones” la inflación volverá a acelerarse como consecuencia del excedente de pesos en circulación, reflejado en un nivel de base monetaria que superó los 3 billones.
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— Jorge ƒ. Rausch (@RauschOK) August 8, 2021
Martín Guzmán “la baja de la inflación “no es una responsabilidad del Estado, es una responsabilidad colectiva”.
Si, genio 🤦♂️ sigan fabricando billetes de colores populistas! pic.twitter.com/bxmx0s3As6
LyP pronosticó una inflación del 3 por ciento para julio, que llevaría a la tasa interanual al 51,8 por ciento y el acumulado de los primeros siete meses del año al 29,1 por ciento con lo que ya se habría superado la pauta del 29 por ciento en base a la que se elaboró el Presupuesto para este año.
De esta forma, tanto la inflación general como los rubros de Salud (27,9 por ciento) y Alimentos y bebidas no alcohólicas (31 por ciento), “subieron por encima de lo que lo hizo la jubilación mínima que, en lo que va del año, creció solamente un 21,2 por ciento”, remarcó la entidad.
El economista previó que “de acá a las elecciones va a rondar ese nivel y en algún mes se puede lograr un ‘dos y algo’, pero después de los comicios volverá a acelerarse, fundamentalmente por la expansión de la base monetaria”.
El último informe del Banco Central da cuenta de una base monetaria de 3.000.129 millones de pesos, levemente por debajo del nivel récord de 3.030.974 millones de pesos del 15 de julio, con un alza interanual de 20,13 por ciento y del 74,17 por ciento desde la asunción presidencial de Alberto Fernández.
Cachanosky describió “tres etapas” de la política monetaria: desde diciembre de 2019 hasta agosto de 2020, en la que se “emitió muchísimo” y a partir de entonces se recurrió a “un apretón monetario hasta mayo de este año, que incidiría para que en lo que resta del año la inflación no suba demasiado”.
Desde entonces se desarrolla la tercera etapa, con un regreso a la “emisión fuerte”, tanto por las necesidades ante la campaña electoral como por la insuficiencia del endeudamiento para financiar el déficit y hacer frente a los vencimientos de deuda en el mercado local en lo que resta del año.
Ese cambio de política monetaria podría complicar no solo las proyecciones de inflación para este año sino principalmente las de 2022.
En ese sentido, a pesar de que en el reciente Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central los economistas consultas previeron un promedio de inflación del 48,2 por ciento, Cachanosky proyectó para este año “alrededor del 50 por ciento al 55 por ciento”, en tanto espera para el próximo que esté “arriba del 60 por ciento”.
“Salvo que nos sorprendan con un acuerdo muy bueno con el FMI (Fondo Monetario Internacional) no veo muy factible que la inflación del año que viene sea menor”, sostuvo.