En un acto que roza lo absurdo, una vecina de Hurlingham fue multada por una suma de $200.000 debido a la aparente presencia de “ramas” en la vereda frente a su casa que obstruían parte de la calzada. Sin embargo, lo que la autoridad municipal parece olvidar es que esas “ramas” son en realidad las de un árbol que se desplomó durante el fuerte temporal de diciembre.
La situación se torna aún más inverosímil cuando se descubre que, a pesar de las reiteradas denuncias de los vecinos y el evidente peligro que representaba el árbol caído, el municipio nunca actuó para retirarlo. Es decir, se multa a una ciudadana por la negligencia de una administración que no cumplió con su deber de mantenimiento y seguridad pública.
La multa impuesta por el tribunal local, dirigido por la ordenanza dictada por el intendente camporista Damián Selci, ascendió a "40 módulos", lo que equivale a aproximadamente $200.000. Esta medida se justificó bajo la premisa de que los residuos verdes en la vereda superaban el metro cúbico, obstruyendo parte de la calle, y violando así la normativa municipal. La normativa municipal, que estipula la necesidad de solicitar un volquete si los residuos verdes superan el metro cúbico, parece ignorar por completo el contexto de la situación.
¿Cómo puede exigirse a los vecinos que asuman los costos de un volquete cuando el problema surge de la incapacidad del gobierno local para actuar a tiempo?
Es evidente que la administración municipal fracasó en su deber de garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos de Hurlingham. En lugar de buscar soluciones efectivas y justas, se opta por castigar a aquellos que, víctimas de la negligencia gubernamental, se ven obligados a lidiar con las consecuencias de una situación que no crearon.