Hace apenas 48 horas, se supo a través del Boletín Oficial de Merlo, el llamado a licitación para la compra de camisetas de la selección nacional; por 37 millones de pesos.
No es la primera vez que una excentricidad del actual presidente de BAPRO, es noticia. Afecto a los viajes por el mundo, (tiene más millas juntadas, que Mauricio Macri), en estos dos periodos como Intendente tiene un récord de licencias solicitadas para salir del país.
Tampoco nunca ha ocultado su predilección por mujeres jóvenes, pertenecientes a la farándula “kitsch”, ni hablar de su gusto por la cultura; del mismo tenor, llegando a montar una productora de cine local, (a semejanza de los Rodríguez Saá). Siendo dos los largometrajes que se concluyeron, pero que nunca saltaron al cine comercial.
Uno de ellos narra los sucesos transcurridos en “Spartacus” y la extorsión del ex taxi boy Luciano Garbellano al ya fallecido juez Federal Norberto Oyarbide.
El otro, es la propia biografía de Gustavo Adolfo Menéndez (pomposa y remanida combinación de nombres), que remite al poeta Bécquer. Nomenclatura otorgada por su propia madre, también ex sindicalista y concejal de Merlo.
Como buen exponente de la “generación” X, de clase media baja, la política significó para él, la puerta de acceso a todas las negaciones de su adolescencia y juventud. Hobbies como el esquí, ropa de corte italiano, relojes y autos de alta gama.
Lo cierto es que Merlo, a partir del control de Menéndez, entró a la misma espiral de caída libre en la que se encuentra su distrito lindante, Moreno.
Ingresó a la administración pública a través de su archirrival Raúl Othacehe. (ex Tacuara, 24 años consecutivos como alcalde). Y aquí vuelve a entrecruzarse la historia con la vivida en Moreno.
El primer cargo de Menéndez, se da ocupando la Subsecretaría de Tierras. (idénticos pasos de Mariano West, con Coco Lombardi).
También es llamativo su ascenso como director provincial de Casinos, bajo la Administración de Felipe Solá. El mismo sostenedor de West en Moreno durante la crisis de 2001, llevándolo como ministro de Trabajo, apenas Carlos Ruckauf dejará la gobernación.
Es allí donde recibe su primera causa judicial por defraudación, por la misteriosa desaparición de 600.000 pesos. El 20 de diciembre de 2018, Menéndez fue condenado a dos años y medio de prisión más una inhabilitación especial perpetua para ocupar cargos públicos, por el delito de defraudación a la administración pública.
La medida fue ratificada en mayo de 2021, para esa fecha aún ostentaba la presidencia del partido justicialista de la provincia de Buenos Aires. Si bien todavía restan al menos dos instancias más, para el cumplimiento efectivo de la condena, tiempo después tomó licencia como Intendente, para ocupar el cargo de presidente del Banco Provincia. Lo reemplazó su hermana, Karina Menéndez, (por su posición de primer concejal en la lista de 2019).
Hace algunos meses que los mediáticos hermanos no aparecen por ningún lado, mientras que en Merlo no dejan de caer los índices de pobreza y desocupación y el paisaje de ciudad limpia y ordenada va quedando atrás.
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