El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires subió a sus redes sociales un descargo por el acto que no pudo hacer en José C. Paz, y le echó la culpa a las supuestas presiones que habría recibido el dueño del bar donde debía realizarse, pero Feinmann habló con él y desmintió todo.
"En José C. Paz apretaron al dueño del bar donde me iba a juntar con los vecinos para que no hagamos la reunión. Nos juntamos en la calle. No nos van a parar. Vamos a cambiar la provincia y todo el país. Lo primero que necesitamos los argentinos es escucharnos. Esta Argentina del apriete, de la bravuconada, de hacer política de esta forma se va a terminar", había escrito en sus redes.
Ya no ocultan sus diferencias. Horacio Rodríguez Larreta parece haber comprendido que Mauricio Macri no le cederá el espacio, y que tendrá que ganárselo solo.
Incluso lo tendrá que hacer a costa del exmandatario y sobreponiéndose a la andanada que le va a volcar desde sus medios adictos.
Como muestra basta el desempeño de Eduardo Feinmann, ocupándose de desmentir una historia menor del jefe de Gobierno porteño, que podría haber pasado sin pena ni gloria, pero que marca que tendrá que cuidar hasta sus mínimos detalles.
El periodista, para desmentir lo dicho por Larreta, habló con el dueño del local y dijo que: "'Tenía 300 personas en el local, cuando me dijeron que iban a venir 20 o 30 personas a una reunión política. No me dijeron que era un acto, por ende les pedí que se fueran, nadie me apretó y la decisión de sacarlos era mía', esas fueron las palabras del dueño del local. Apriete político la verdad es otra cosa. Empieza un momento largo hacía una campaña presidencial larga".