El dato para el mes representa un aumento interanual del 51,8 por ciento con respecto al mismo mes del año 2020, mientras que la inflación anualizada en ese mismo período alcanzó prácticamente la misma variación.

Sin embargo, la CBT aumentó un 1,6 por ciento en julio mientras que en ese mismo mes la inflación cerró en el 3 por ciento con respecto al mes anterior, por lo que la variación del nivel general de precios no se trasladó rigurosamente a los bienes de consumo que componen la canasta de referencia.

Por su parte, la canasta básica alimentaria (CBA) subió un 2,1 por ciento en julio y cerró el mes en los 29.003 pesos, nuevamente teniendo en cuenta los gastos de una familia tipo. Esta canasta denota la línea sobre la cual se determina la indigencia y se limita a registrar las variaciones sobre bienes de consumo alimentario.

Para el caso de la CBA los aumentos estuvieron más ligados a la inflación general, pues dentro de la misma se haya un fuerte componente en alimentos y bebidas no alcohólicas. Este aumento en el precio de los alimentos sufrió una aceleración desde los últimos meses del año pasado.

Según el propio INDEC, en el año 2020 un 42 por ciento de los argentinos cayeron en la pobreza. Para este año, algunas estimaciones realizadas en base a la encuesta EPH y el IPC del mismo organismo, señalan que la pobreza podría haber alcanzado el 42,8 por ciento para el semestre comprendido entre enero y junio de 2021.

En algunos distritos la incidencia de la pobreza fue particularmente intensa al cierre del 2020. La línea de pobreza en el conurbano bonaerense cerró el año pasado en el 51 por ciento, el nivel más elevado desde 2005.

Además, teniendo en consideración los rangos etarios de la sociedad, el segundo semestre del 2020 registró una pobreza infantil del orden del 57,7 por ciento a nivel nacional, y se acentuó incluso más dependiendo de cuál distrito se tenga en referencia.