Pasó el tiempo del cierre de las alianzas y ya hay más Frente de Todos. Intentando pegarle una lavada al espacio, ahora se llamará Unión por la Patria. A partir de ahora quedarán dos semanas de pura rosca y el próximo sábado 24 de junio se librará la mayor de las batallas cuando haya que definir los lugares en las listas y, lógicamente, los candidatos.
Cuando restan poco más de 7 días para la fecha límite, siguen apareciendo rumores que ubican a Axel Kicillof en otro lugar por fuera de la provincia de Buenos Aires. Desde hace meses, el gobernador viene resistiendo a la embestida de sus propios compañeros y se aferra a la ilusión de una reelección, aunque no desestima otros rumbos.
En un primer momento, Kicillof tuvo que enfrentarse a la sombra de su jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, quien cargaba con ansías de ocupar su sillón. Por ello, muchos dirigentes del ahora ex FdT empujaban la salida hacia arriba del mandatario, para que sea él quien encabece la fórmula nacional debido a que es uno de los pocos que puede recibir la transferencia de votos de Cristina Fernández de Kirchner.
Luego fue Victoria Tolosa Paz quien arrinconó al gobernador con un acto en Ensenada donde lanzó su candidatura, algo que se confirmó semanas después junto a la de Daniel Scioli. La ministra de Desarrollo Social insiste en presentarse a las PASO, aunque su postulación pueda generarle al oficialismo un daño mayor al beneficio que proporciona la discusión.
Pero ahora se reeditó una vieja rencilla por la lapicera que, actualmente, está en manos del presidente del Partido Justicialista de la provincia, Máximo Kirchner. El hijo de la vice es uno de los encargados de las negociaciones y del armado de las nóminas en las, lógicamente, buscará acomodar a los suyos en medio de una fuerte disputa con los otros espacios que conforman Unión por la Patria.
Incluso los rumores escalaron tan alto que algunos osados se animaron a dejar trascender que, en una virtual jugada peligrosa, Kicillof encabezaría el binomio nacional quizás junto a algún par suyo, dejándole su lugar vacante. Esa silla sería ocupada nada más ni nada menos que por el propio Máximo, escenario que parece por demás descabellado.
De todos modos, las versiones no terminan allí y es todo producto no solo de las negociaciones, sino también de la incertidumbre que reina en las vísperas del cierre de listas. En este caso, el corrillo apunta que Sergio Massa bajaría a jugar en la provincia, haciendo un tándem con Axel en la Nación, como parte de un acuerdo entre el kirchnerismo y el Frente Renovador.
Lo cierto es que resta una semana para que se conozcan los nombres que estarán en las boletas y, con la confirmación de que habrá paso entre el albertismo por un lado y el kirchnerismo junto a sus aliados por el otro, Kicillof buscará mostrarse lo más activo posible para aferrarse a su sillón en el territorio bonaerense, donde parece sentirse más cómodo.
Pero, en lo que resta de aquí al próximo sábado 24 hay un factor importantísimo que podría equilibrar la balanza hacia un lado o hacia el otro y se llama Cristina. Si la vicepresidenta lo decide y se lo pide, el gobernador no tendrá otra alternativa que aceptar, aun cuando no esté de acuerdo en esa estrategia. Incluso, desde su entorno ya dejaron entrever que si baja una solicitud de la conductora, no hay más remedio que decir que sí y jugar donde lo requieran.
Las razones por las cuales Kicillof se vería obligado a dar un salto hacia arriba se basa en los números que manejan desde el oficialismo. Actualmente, el mandatario provincial es uno de los que más mide en su territorio y, por tal motivo, en el hipotético caso de que sea él quien encabece una fórmula presidencial, arrastraría los votos bonaerenses hacia la nación, equiparando una elección que hasta el momento parece perdida.
Para ello habrá que esperar una semana más, donde seguramente los rumores correrán como el agua y aparecerán todavía muchas más versiones que hasta ahora. Lo cierto es que al kirchnerismo (y al peronismo en su conjunto) le queda una sola carta por jugar y su estrategia deberá ser inteligente para no enfrentarse a una dura derrota en las urnas.
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