Los datos son realmente preocupantes.
En los últimos cuatro años, la clase media argentina ha ido perdiendo poder adquisitivo. Tanto es así que actualmente el nivel de vida de este sector socioeconómico, no se condice con los ingresos que entran al hogar. De esta situación, sale a relucir que en realidad uno de cada tres hogares que era de clase media es pobre.
Sin dudas es un dato que preocupa al Gobierno de Alberto Fernández, que no para de aumentar el porcentaje de pobreza y que no puede controlar la suba de precios.
Esta clase media, que es una familia que apiracionalmente busca consumir ciertos productos, se dan ciertos gustos, hoy no logra hacerlo porque no llega a fin de mes. Tienen que dar de baja la prepaga o no pueden pagar la cuota privada del colegio de los hijos”, detalló Federico Moll, director de Ecolatina.
Según informó la semana pasada el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), una familia tipo (conformada por dos adultos mayores y dos menores) necesitó en octubre de 30.925 pesos para satisfacer las necesidades energéticas y proteicas mínimas, número que delinea el umbral de indigencia. La cifra asciende a un mínimo de 72.365 pesos por familia para cubrir otros bienes y servicios no alimentarios, y así no ser considerados pobres.
Durante el cuarto trimestre de 2017, previo a la crisis del Gobierno de Cambiemos, solo el 14 por ciento de los hogares de clase media era pobre. Sin embargo, el número se duplicó como consecuencia de las crisis de 2018, 2019 y la cuarentena de 2020. ¿El resultado? En el primer trimestre de este año la cifra ascendió a un 33 por ciento de los hogares.