El Gobierno tomó otra decisión de alto impacto respecto de la carne vacuna: dispuso que a partir del 1° de enero de 2022 no podrán llegar a carnicerías y supermercados las medias reses, en otras palabras,“Las mitades de la vaca”, que rige como modelo de distribución y comercialización desde el siglo XIX, prácticamente desde 1876, con la llegada del primer buque frigorífico al país.
La resolución conjunta 4 de los Ministerios de Agricultura, Trabajo y Desarrollo Productivo que se publicó este jueves n el Boletín Oficial, establece que desde los establecimientos de faena sólo podrá salir hacia los comercios minoristas carne fraccionada en trozos con pesos inferiores a los 32 kilogramos.
Para los carniceros, el fin de la media res perjudicará a los consumidores https://t.co/x9OiVjmWtz pic.twitter.com/fujakEWQjk
— LA NACION (@LANACION) April 22, 2021
La voluntad de este cambio histórico la había anticipado el presidente Alberto Fernández en enero, como parte de las iniciativas que busca implementar el precio de cada corte al consumidor. Porque si bien hay indudables cuestiones de salubridad del producto y de cuidado de los trabajadores, la inflación es el factor que, sin dudas, le ha dado el empujón final a la iniciativa de terminar con la media res.
Sucede que la media res juega en contra de los precios, no es más barata pese a su aspecto rudimentario. Es más ineficiente, porque un carnicero de un barrio con bajo poder adquisitivo, para vender toda la media res, reduce el valor de los cortes más caros: el lomo, el cuadril, los bifes. Como no puede hacerlo sin perder plata, sube los precios de cortes de menor calidad, como el asado, la falda, la aguja, etcétera. Al revés sucede en los sectores de mayor poder adquisitivo. En ambos casos, al promediar se encarece el monto total.