Cristiano Ronaldo volvió a quedarse a las puertas de ganar su primer título con él Al Nassr. De nuevo el Al Hilal fue su verdugo al endosarles un contundente 1-4. De nada sirvió que el portugués adelantara a los suyos justo antes del descanso.

Tras la reanudación empezaron a caer los goles en contra, dos de ellos tras errores grotescos de Laporte y Bento, algo que el portugués no supo digerir y tuvo gestos feos con sus propios compañeros.

Fue tras encajar el gol de la sentencia cuando desde el centro del campo mientras los rivales seguían festejando, se pudo ver cómo les decía a sus compañeros que estaban dormidos o algo por el estilo. No se quedó ahí, sino que también hizo otros gestos pidiendo explicaciones y acabó llevándose la mano al trasero y dejando entrever que tenían miedo.

Una carrera llena de éxitos como la suya sería todavía más histórica sin este tipo de comportamientos.