En medio de la compleja situación social agigantada por los elevados índices de inflación, pasó de costado, casi desapercibido, el nuevo capítulo de una pelea política que de manera subterránea se libra en el oficialismo bonaerense.
Sin tener la exposición pública que exhibe el PRO para mostrar sus aspirantes a la Provincia, en el Frente de Todos hay dirigentes territoriales del peronismo dispuestos a no aceptar, al menos por ahora, la candidatura a la reelección de Axel Kicillof.
En una nueva muestra de la división interna en el Frente de Todos, el Presidente no celebrará la histórica fecha peronista junto al bloque y asistirá a un acto en Cañuelas por separado.https://t.co/I8DwZ4Q7s8
— Marcelo Bonelli (@BonelliOK) October 16, 2022
Claro está que el nombre de Kicillof suena fuerte para ir por un nuevo mandato con la supuesta bendición de Cristina Kirchner, existe un núcleo de intendentes del peronismo que intentan resistir.
Insaurralde, actual jefe de Gabinete provincial, es el nombre que enarbolan como alternativa. La declaración de Dicchiara tiene, entonces, el valor del proyecto político que parece estar detrás. Si Kicillof fuera candidato presidencial, el casillero bonaerense quedaría vacío.
Otros dos intendentes peronistas, el histórico Juan José Mussi (Berazategui) y el kirchnerista Pablo Zurro (Pehuajó), salieron casi de inmediato a hablar de que el actual mandatario debe ir por otro período.
Kicillof, mientras tanto, viene expresando su preocupación por la marcha de la economía y en particular con una de sus variables: los precios. Hay quienes atribuyen al gobernador ser uno de los principales impulsores de un proyecto para establecer un congelamiento por seis meses con método para domar la inflación. Cristina Kirchner escucha con atención esos consejos.
El mensaje no se acota en la elección de lugares distintos como forma de marcar diferencias con La Cámpora y el sindicalismo K: puede que se transforme en un mensaje que acaso pueda impactar sobre los planes electorales del kirchnerismo.