Una tragedia reveló una casualidad fatídica y evidenció las falencias en el sistema de atención de salud pública en la provincia de Buenos Aires.
Un niño de 4 años, que había participado en la publicidad de una campaña de vacunación del Ministerio de Salud de la Nación, murió en San Miguel después de que en el hospital donde se atendió se equivocaran en el diagnóstico durante dos días seguidos.
Murió un niño de 4 años que había protagonizado una campaña de vacunación nacional y denuncian abandono de un hospital público bonaerense - Infobae https://t.co/U60bX1ou5S
— kingkong (@KingkongRa) November 9, 2022
Santino Godoy Blanco perdió la vida en la noche del jueves 3 de noviembre en el Hospital Larcade de San Miguel, después de haber acudido con su madre en tres oportunidades al mismo centro de salud y que en las dos visitas previas le hayan dado un diagnóstico diferente.
De acuerdo a la autopsia realizada al cuerpo del niño durante el viernes por la mañana, Santino murió a causa de una neumonía bilateral. Sin embargo, en su periplo de visitas previas al mismo centro de salud, el diagnóstico que brindaron los médicos que lo atendieron fue muy distinto.
La madre del niño, Agustina Blanco, dio todos los detalles sobre la situación que tuvieron que vivir con el hospital Larcade desde el inicio de los síntomas del pequeño, el martes por la noche.
“Yo llevé a Santino el miércoles 2 de noviembre por la madrugada porque había empezado con fiebre a la medianoche. Le había dado ibuprofeno, lo bañaba y no le bajaba la fiebre. Me llamaba tanto la atención que lo llevé. Lo atiende una enfermera. Le pone pañitos para que le bajara la fiebre. Le pido que lo atienda una pediatra. Me dice que no, que podía ser algo viral, que cuando le baje la fiebre, veíamos”, inició el relato la madre.
“Estuvimos dos horas hasta que le baje la fiebre, porque yo ya le había dado un remedio. Vino una doctora, lo escucha. Dice que tenía un cuadro viral de laringitis, que tenía que darle corticoides y nebulizaciones”, completó.
Santino y su madre regresaron a su hogar a las 6 de la mañana del miércoles, pero el cuadro de salud no mejoraba. El niño seguía con fiebre alta y vomitaba los medicamentos que ingería.
“Lo vuelvo a llevar al Larcade a las 17, diciendo lo que había pasado a la madrugada de ese día. Le inyectaron Dipirona y Reliverán”, indicó.
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