El escenario político nacional es un hervidero de peleas internas a tal punto que, más que debatir y contrastar ideas o modelos de país que se proponen en frentes que se presentan a las elecciones, las discusiones entre los referentes de cada espacio ganan terreno y ocupan el espacio preponderante de las agendas de los dirigentes.

Una de las candidatas al sillón que evidentemente no leyó el Martín Fierro es Patricia Bullrich, quien haciendo caso omiso a la “ley primera” de mantenerse unidos para no ser derrotados por “los de afuera”, no para de disparar con munición pesada hacia dentro de Juntos por el Cambio.

La última perlita de la “Amiga del Tinto” está relacionada con un pedido que le había hecho el dirigente radical Gerardo Morales, sobre “bajar un cambio” para mantener la unidad dentro de la coalición. Pero lejos de calmar las aguas, la sugerencia de Morales lo único que logró fue agitarle las plumas a la “Pato”, que no tardó en saltar como leche hervida.

Bullrich, quien ha dejado más que claro su rechazo a la idea de ampliar Juntos por el Cambio que impulsan el dirigente jujeño y Horacio Rodríguez Larreta, pisó a fondo el acelerador y se despachó con rabia en Twitter: “Gerardo, lo último que voy a hacer es bajar un cambio”, retrucó.

“Ir a fondo es lo que nos define como espacio y lo que la sociedad nos demanda. O somos un cambio profundo de la mano de la gente o seguimos con los arreglos entre políticos y no somos nada”, sostuvo la ex ministra de Seguridad, por si a alguien no le hubiera quedado clara su posición.

Mientras tanto, el reloj sigue contando las horas, y el cierre de las listas para las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) está cada vez más cerca, aunque no parece ser motivo suficiente para zanjar el conflicto interno de JxC.

Tras el rotundo rechazo a de Bullrich a deponer las armas, Morales insistió y contestó de forma diplomática: “No voy a redoblar para ver quién tiene más coraje para afrontar lo que viene y tomar decisiones”, sostuvo, y agregó con tono un poco más picante: “Te sugiero que retomemos el debate de ideas y no el de las descalificaciones bravuconas. El camino es la ampliación y nuestra unidad”.

Sin embargo, la semilla de la manzana de la discordia ya está plantada: a Bullrich no le interesa ni la “ampliación” ni la “unidad” que planteó Morales, y la discusión por la incorporación de Juan Schiaretti divide las aguas de la principal fuerza opositora día tras día.