Carolina Píparo, conocida por su trágico incidente en 2010 en el que perdió a su bebé durante una salidera bancaria, utilizó su historia personal como un trampolín para escalar puestos políticos y disfrutar de una vida privilegiada en un country privado. Su carrera política estuvo marcada por cambios de partido y alineamientos ideológicos, siempre buscando su propio beneficio.

La precandidata a gobernadora bonaerense hizo una maratónica escalada dentro del Banco provincia que le permitió ingresar a la política siendo una "ñoqui" del Estado, según la definen sus propios compañeros.

En abril de 2011, Piparo fue beneficiada por el gobernador Daniel Scioli, quien le otorgó por lástima un puesto como personal del Banco Provincia, con escalafón categoría 1-1. Fue a través de la resolución 501/11.

Un año después, en diciembre del 2012, sin concurso previo, se la designó el cargo de subjefa del Departamento del organismo financiero bonaerense.

En octubre del 2015, fue nombrada jefa de División del Banco de la Provincia de Buenos Aires, por medio de la resolución 1375/15. Sus compañeras y compañeros de trabajo sabían que no cumplía ninguna de estas funciones (o sea que era una “ñoqui”) pero la “cubrían” debido a que querían demostrar solidaridad con la desgracia sufrida por Carolina.

Un año después, Piparo nuevamente asciende mágicamente al pasar a la Comisión a la Fundación Banco Provincia con cargo asimilable a subgerente a través de la resolución 639/2016.

Ya en 2016, la precandidata a gobernadora pidió licencia para ser asesora de la Presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación, con efecto retroactivo, pero siguió cobrando haberes del Banco Provincia.

Tras asumir dentro de Diputados, Carolina Píparo y su esposo Buzali adquirieron un bien inmueble en calle Juana Manso 1351 de Puerto Madero como vivienda permanente. Con hijos inscritos en escuelas de CABA. A pesar de tener domicilio real en la Ciudad, Píparo se suma al partido del PRO en La Plata y asume como diputada provincial en 2017.

En el año 2019, la alta funcionaria del Banco Provincia de Buenos Aires (en uso de licencia) y Diputada Provincial asume el cargo de “Secretaria de Asistencia a las Víctimas y Prevención de la Violencia de Género” de la Ciudad de La Plata.

Sin ir un solo día a trabajar a la secretaria con sede en el Pasaje Dardo Rocha, se toma el lujo de echar al personal en 2020 mediante llamados telefónicos, sin haberlos visto nunca cara a cara. Después de eso, nombró a más de una decena de contratados de su confianza, bajó el presupuesto del Refugio Municipal para víctimas en más de un 50% en todos sus gastos y aumentó el monto de caja chica de su secretaría en más de un 1.000%.

Ya siendo diputada provincial, uno de los primeros proyectos que votó fue una ley que eleva la edad jubilatoria de los empleados del Banco Provincia a 65 años y retira el respaldo del estado bonaerense al déficit de la caja previsional del sector, afectando negativamente a los trabajadores y al sistema de jubilaciones.

Los mismos compañeros que antes la “cubrieron” por ser “ñoqui” y no cumplir las funciones que le habían asignado por su accidente y desgracia personal, la declaran “Persona no Grata para el Personal Bancario”.

A pesar de su deslealtad hacia el partido que la impulsó al poder, Píparo continuó su carrera política y actualmente ocupa el cargo de diputada nacional por el partido Avanza Libertad. Sin embargo, incluso dentro de este partido ha tenido conflictos, ya que José Luis Espert, líder de Avanza Libertad, decidió prescindir de su presencia debido a sus posturas y acciones inconsistentes.

Píparo se vio obligada a unirse a Javier Milei y su partido Libertad Avanza, demostrando una vez más su disposición a cambiar de bando para satisfacer sus ambiciones políticas.

Lo más sorprendente de todo es que Píparo continúa cobrando un sueldo en el Banco Provincia, aunque se encuentra con licencia por ejercicio de responsabilidad parlamentaria. Esta situación plantea serias preguntas sobre su compromiso con su trabajo y si está utilizando su posición para obtener beneficios sin asumir plenamente sus responsabilidades.

Ahora, la diputada nacional se postuló como precandidata a gobernadora en el partido de Javier Milei. Vive en el country privado “Grand Bell”, de la periferia de La Plata, vivienda que adquirió de manera apresurada y por una módica suma de 60 mil pesos, debido al incidente que atravesó el 1° de enero del 2021, en donde su marido Juan Ignacio Buzali atropelló a dos jóvenes que iban en moto, al confundirlos con delincuentes. En esa vivienda se tuvo que constituir domicilio para que pueda obtener un arresto domiciliario.