En un arrebato de inspiración, el devaluado presidente Alberto Fernández tomó la que sea quizás la única decisión racional, acertada y celebrada por la mayoría de los argentinos en lo que lleva de gestión, y anunció que no se presentará en los próximos comicios en busca de la reelección.

El Presidente lo anunció este viernes, por medio de un breve video en sus redes sociales, en el que hizo gala nuevamente de sus dotes de tergiversador para hacer un repaso y sacar chapa de los supuestos logros que alcanzó durante su mandato; además, el alicaído gobernante admitió que “no logramos todo lo que nos propusimos”, aunque vale decirlo: a estas alturas y a juzgar por el rumbo hacia donde ha llevado al país, probablemente sea un alivio para la Argentina que Fernández no haya logrado “todo lo que se propuso”.

Como es habitual, a un atisbo de autocrítica de parte de Alberto, le siguió a la saga un pase de facturas para su antecesor, Mauricio Macri, a quien culpa de manera constante de todos los problemas actuales de la Argentina, como si no hubieran transcurrido el Gobierno del Frente de Todos entre el 2019 y el año corriente, y como si no hubiera añadido él mismo un sinfín de desaciertos sobre la también ruinosa gestión del ex presidente de mote felino y apego por las reposeras.

Todavía se desconoce el alcance del impacto que tendrá la decisión de Alberto Fernández en el armado electoral del menjunje oficialista y el resto del arco político, pero como buenos chupamedias, los pocos alfiles que le quedan al mandatario se apresuraron a salir a adularlo, tratando de maquillar su decisión como un gesto heroico para mantener la unidad partidaria.

Entre los primeros estuvieron Victoria Tolosa Paz, la ministra de Desarrollo Social, quien afirmó que "es tiempo de apertura, de participación y de más gestos que garanticen la unidad" y que “Alberto Fernández nos vuelve a repetir lo que siempre dijo: que uno de nosotros continúe con el proyecto de país que merecemos". 

Por su parte, Aníbal Fernández -otro de los alcahuetes más cercanos a Alberto-, con su habitual facilidad para el chamuyo, atribuyó la decisión a una supuesta necesidad de priorizar gobernar el país por los meses que le quedan en vez de distraerse con los comicios... algo que suena a típico verso anibalfernandista y que resulta difícil de creer si uno tiene en cuenta la feroz interna que ha ayudado a generar el Presidente dentro del oficialismo.

Por otro lado, Fernández confirmó que las candidaturas del Frente de Todos se definirán a través de unas elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Se puede intuir que su abandono sería una alivio para los sectores más ligados al kirchnerismo y el massismo, que se librarían de un contendiente en las internas y probablemente estén ya frotándose las manos.

Vale resaltar también el particular día que escogió el mandatario para declarar su rendición y bajarse de la pelea electoral, ya que en la misma fecha, tiene pautada una reunión con el resto de sus cómplices del Frente de Todos, en la que pondría en la mesa la necesidad de fijar una fecha para próximo congreso del Partido Justicialista -del cual también es presidente-, un evento que será clave para la resolución de la interna y definición de candidaturas dentro del espacio.